Me desperté alrededor de las ocho de la mañana. Estaba tumbada en el sofá tapada con una manta, pero me encontraba sola, Dylan no estaba allí.
Cuando me despejé, cogí mi teléfono y vi que tenía varios mensajes de mi hermano y mi madre: "Descansa" "Cuídate" "Estamos bien" "Te mantengo en contacto" "Hoy no iremos a casa"...
Seguidamente noté un aroma delicioso a café; por lo que me incorporé y me dirigí a la cocina. Allí es donde él se encontraba, preparando un buen desayuno. Estaba de espaldas, por lo que sigilosamente me fui acercando a él. Cuando estaba a una distancia cerca, dije un buu acompañado de un pequeño toque en su espalda; pero la cosa no fue como yo esperaba... Al pegarle el "susto" se volvió hacia mí con una taza de café recién hecho y me lo tiró por accidente encima mía...
-¡Aaaaaah!- grité al notar el calor del café, pero no podía evitar reírme de aquella situación-jajajaja
-¡Joder que susto! ¡Lo siento por tirarte el café!... Pero bueno... Ahora ya estamos en paz-dijo guiñándome un ojo y con tono burlón...
Nos miramos unos segundos, y seguidamente nos reímos... Pero de repente mi cara cambió; recordé lo que le había sucedido a mi padre ¡Tenía que llamar a mi madre! Por un momento había olvidado todo lo ocurrido... Dylan... Solo había estado pensando en él.
Notó que me había acordado de lo sucedido y me hizo una caricia suave y cariñosa en mi cabeza.
-Anda vete a cambiarte y llama a tu madre mientras recojo esto-sonriendo.
Me quedé en silencio unos segundos y respondí...
-Muchas gracias por lo que estás haciendo por mi... Y lo siento por el susto- eso último con tono burlón.
Subí a mi habitación me limpié y me cambié de ropa. Llame a mi madre y no me lo cogió, por lo que llamé a mi hermano. Este me dijo que "papá" estaba estable y dormía, al igual que mamá; a lo último me informó que hoy se vendría él para estar con ella.
Abajo me esperaba Dylan...
Estaba sentado en la mesa de la cocina esperándome
Estaba sentado en la mesa d ella cocina esperándome para desayunar juntos.
Tomamos el desayuno y después nos quedamos un rato hablando sobre lo que íbamos a hacer a lo largo del día.
Finalmente decidimos que aunque era martes no íbamos a ir a clase, nos quedaríamos descansando toda la mañana y por la tarde iríamos al hospital a ver a mi padre.
-Alice, voy a ir al baño a ducharme, estoy muy cansado y necesito despejarme ¿puedo?
-Claro que puedes, tranquilo, yo me quedaré aquí viendo la tele un rato.
-Vale, no me eches mucho de menos- dijo guiñándole un ojo.
Me quedé sola en el salón por un tiempo. Me incorporé en cuanto oí que sonó el timbre de la puerta antes de abrir, miré por la ventana para ver quién era. ¡Joder... Era Paul! Dije para mí.
Sin más remedio abrir la puerta. Sin decir un "hola" Paul se abalanzó sobre mí y me dio un abrazo enorme. Me sentía muy incómoda, quería que me soltara. Mientras él me decía:
-¡Los siento mucho por lo de tu padre! ¡Pobrecita!...
¡Estaba más desesperado que yo!El seguía abrazándome, y yo me solté en un brusco movimiento. En ese momento bajó Dylan por las escaleras. Estás daban a la entrada donde me encontraba yo con Paul. Dylan lleva una toalla blanca enrollada en la cintura y mostraba su torso desnudo, podía apreciar sus abdominales.
-¡¿ Quién es ese?!-dijo Paul intrigado.
-Es Dylan, un amigo.
-¿Ah sí? ¿ Y un amigo cualquiera va a venir a tu casa a ducharse?
Se hizo un momento incómodo en el que yo miraba A Dylan, este miraba a Paul y Paul le miraba a él. Notaba cierta tensión en sus miradas, entonces Dylan dijo:
- Y... ¿Tú, quién eres? ¿Y qué haces aquí?
-Pues mira, soy su vecino; y he venido para consolarla por lo de su padre.
-¡Amms! Vale, pues... Adiós- dijo borde.
-Perdona pero tú no eres quien para echarme de su casa, además; tú no me vas a decir lo que yo tengo que hacer.
-Bueno, basta ya ¿no?. Paul ahora sí que te lo pido yo, vete por favor, ya nos veremos- dije para calmar la situación.
-Vale, ya te veré- dijo indignado. Y se fue.
Dylan y yo nos miramos fijamente. Éste tenía la mandíbula tensa. Yo estaba un poco confusa; porque por un lado me sentía bien porque Dylan me había defendido y Paul se había ido, pero por otro lado me sentía mal, por aquella discusión que habían tenido.