¡Era Paul! ¿Cómo tenía mi número?
-Hola Alice, soy yo, PAUL ¡TÚ VECINO!-dijo un poco desesperado.
-¡Ah! Si claro, Paul- dije con poco ánimo.
-¿Cómo es que no me tenías agregado?
-No se, nunca habíamos hablado por móvil.
-¡Pues qué mal!- dijo con un tono borde.
-Bueno no es para tanto...
-¿Qué tal estás ?-dijo intentando cambiar de tema.
Seguimos hablando durante diez minutos más, luego me inventé una excusa para que me dejará en paz.
Al rato llamaron a la puerta de mi habitación, era mi hermano, venía con el teléfono fijo en la mano.
-Es para ti-dijo entregándome en teléfono.
Le cogí y conteste intrigada -¿Sí? ¿Quién es?
-Ho...Hola-dijo aquel chico nervioso con una voz entrecortada, pude apreciar perfectamente por su voz quién era: ¡Dylan! Él seguía nervioso, incluso más que antes.
-¿ Qué tal estás?- dijo amablemente.
-Muy bien, estaba escuchando música, y tú ¿qué tal ?
-Yo estoy bien, un poco nervioso pero bueno... ¿Qué escuchas ?
-Green Day.
-Woo, ¡me encanta Green Day!
-Oyes; ¿por qué estás nervioso?-dije intrigada.
-Es que... Te quería preguntar una cosa... ¿Puedo?
-Claro, adelante- dije dándole confianza.
-¿Te apetece que salgamos mañana a dar una vuelta por la tarde?
¿Pero qué estaba escuchando? ¿Enserio? ¿Me estaba invitando a dar una vuelta? No sabía por qué pero estaba emocionada.
-Sí, por supuesto-dije amablemente.
-Perfecto, pues... ¿Te pasó a buscar a las seis?
-¡Vale!- dije emocionada.
Nos despedimos y colgamos. Después me tumbe en la cama, cogí un cojín, me tape la cara y solté un pequeño gritito de felicidad. Creo que estaba empezando a sentir algo por aquel chico.
Cogí el teléfono, abrí la puerta y me encontré a mi hermano con la oreja pegada en la puerta.
-¡IZAN! ¿Qué narices hacías escuchando? ¿Tú ya lo sabías?
-Emmmm... ¿YO?.... Que va...-y a continuación se marchó sonrojado a su habitación, le había pillado.
Me fui a dormir pronto, pues mañana sería un gran día. A la mañana siguiente, me levante temprano y adelante todos los deberes, comí temprano y empecé a prepararme para la cita, me iba a llevar tiempo...
Finalmente cuando termine de arreglarme me dirigí hacia el salón de mi casa que sería dónde esperaría a Dylan.
Me senté en el sofá, me puse muy nerviosa, la cara empezó a arderme del calor y de vez en cuando soltaba una sonrisilla nerviosa al pensar en donde me llevaría.
Eran las 18:05 y Dylan no llegaba, me estaba empezando a poner nerviosa ya que me molesta mucho que la gente llegue tarde a los sitios, incluso cuando yo llego tarde a los sitios voy acelerada y nerviosa, no me gusta.
Eran las 18:15 y todavía no había aparecido, me estaba empezando a enfadar y pensé que en realidad no quería quedar conmigo y todo había sido una broma de las suyas sin gracia ninguna.
Me decepcioné bastante ya que pensaba que él no era de esa clase de personas.
Subí a mi habitación, estaba desanimada, con una opresión en el pecho que no me dejaba casi ni respirar, me tumbé boca abajo, me tapé la cara con la almohada y sin darme cuenta las lágrimas empezaron a caer por mi cara. Sí, estaba llorando, no sé porque me hacía tantas ilusiones con ese chico que no se merecía nada de mí.
Al rato recibí una llamada de Dylan, pensé en si se merecia mi atención o no, decidí que no, no se lo cogí, volvió a llamarme una vez tras otra y a mandarme mil mensajes de texto, no me digné a leer ninguno de estos ni a cogerle ninguna llamada cuando lo mas seguro era que se le habia olvidado que habia quedado conmigo y estaría con alguna chica, probablemente aquella que le llamó por teléfono el día que se tuvo que marchar tan rápido de mi casa. Apagué el telefono, no soportaba estar viendo su nombre en la pantalla cada vez que me llegaba una notificación en el móvil de una llamada o un mensaje suyo.