12. Cuando me vaya

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4 de enero de 2016

Son las cuatro de la mañana y aún no he conseguido dormir. No entiendo qué es lo que me pasa.

Estoy tumbada de costado en la cama, mirando como Michael duerme profundamente. Desde que le conocí llamó mi atención. Aunque empezásemos mal, yo sabía perfectamente que acabaríamos peor, y no lo digo porque nos fuésemos a llevar mal, no. Todo lo contrario. Me prometí alejarme de él pero me fue imposible. Alejarme de sus ojos, su sonrisa, su boca...

Me tumbo boca arriba mirando al techo.

Lo peor de todo es que sé que si ahora lo estoy pasando mal, no me quiero imaginar cómo estaré cuando embarque. Hacía mucho que ningún hombre despertaba los sentimientos que Michael despierta en mí y eso me asusta. Me gusta, realmente. Quizás demasiado.

- Deja de pensar- murmura Michael medio dormido  y yo le miro.

- No puedo- le digo de forma sincera.

- ¿Qué ronda por esa cabecita tuya?- pregunta poniendo una mano bajo su cabeza.

- Nada que deba preocuparte- le digo con una débil sonrisa.

- Deberías dormir un poco. Será un día largo- dice apartando tras mi oreja unos mechones de pelo que caían por mí cara.

- No puedo.

- ¿Quieres qué te ayude?- dice sonriendo pícaro y me atrae hacia él haciéndome reír.

No había estado nunca con nadie que consiguiese hacerme cambiar mi humor de forma tan rápida y natural- Dios, estoy bien jodida-.

                                °°°

- ¡No quiero que te vayas!- dice Emily llorando en mí hombro.

Son las nueve y media de la noche y estoy con Em, Enzo y Michael en el Aeropuerto Internacional de Ginebra.

- Emily, por favor, no llores que sí tú lloras yo lloro- digo palmeando su espalda.

- ¿No puedes quedarte un par de días más?- me suplica separándose de mí.

- Sabes que no, cariño- le digo con una sonrisa triste- Además, estaremos en contacto. Y cuando quieras, ya sabes, tienes casa en Madrid. Espero que no tardes mucho en venir a visitarme.

- Claro- dice sonriendo.

- Te echaremos mucho de menos- me dice Enzo dándome un abrazo.

- Y yo a todos vosotros- le digo con mi voz quebrada- no quiero llorar-.

- Venga Em, vamos al coche- le dice Enzo a su hermana para dejarnos intimidad a Michael y a mí y yo se lo agradezco con la mirada.

- Bueno, pues se acabó- dice serio Michael con las manos dentro de sus bolsillos.

- Sí... Fue bonito mientras duró- le digo con una gran sonrisa aunque me esté muriendo por dentro.

- Quédate- me dice sin más y yo abro los ojos anonadada.

- ¿Cómo?

- Que te quedes. Tanto tú como yo sabemos que puedes hacerlo. Recuerda que me dedico a lo mismo que tú y sé perfectamente que la empresa en la que trabajas tiene su sede en Zúrich.

- Michael, yo no puedo...

- ¿No puedes o no quieres?- me pregunta enfadado.

- ¡No puedes pedirme algo así!- le digo agitada.

- ¿No lo quieres intentar? Te veía una persona que luchaba por lo que quería. Qué decepción...

- ¿Perdona? ¿Cómo puedes ser tan egoísta?- le pregunto y noto que mi enfado aumenta por momentos.- No podías dejar las cosas como estaban, ¿verdad? Tenías que estropearlo todo en el último momento.

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