Estamos de pie alrededor de una mesa alta en donde están nuestras bebidas. Son las once de la noche y en el bar hay bastante gente pero aún se puede estar cómodo en él. Como suponía, Piero a congeniado con todos mis amigos y parece que se conocen de toda la vida, algo que me gusta.
Una hora después, vamos a otro en el que hay pista de baile. Cuando pedimos en la barra, todos nos dirigimos a ella. Me sorprende la soltura que tiene el italiano al bailar de maravilla todo lo que suene. Morimos de risa cuando vemos como Ángel intenta perrear a Nacho y el se aleja constantemente de él.
- A éste un día me le llevo a lo oscuro- me dice al oído Ángel y casi lloro de la risa.
Poco a poco, el alcohol va haciendo efecto sobre mí. Piero me agarra de la cintura y comienza a bailar conmigo. Pierdo totalmente la noción del tiempo. No sé cómo ocurre pero acabamos besándonos- ¿qué pasa? ¡No soy de piedra! Ya lo dijo El Barrio: "Un buen dulcecito nunca a nadie le amarga" -. Cuando nuestras bocas se separan, apoya su frente sobre la mía.
- Me vuelves loco, pelirroja- en el acto me separo de él y eso le confunde.
Cuando me ha llamado por ese apodo, la cara de Michael me vino a la mente y no pude continuar.
Sin decir nada salgo del bar y ya en la calle inspiro profundamente.
- ¿Estás bien?- pregunta Piero a mis espaldas y yo me giro.
- Yo... Lo siento, pero no puedo- le digo sintiéndome culpable.
- ¿Por qué?- me pregunta, pero no reprochándome nada, sino preocupado, y eso me reconforta.
- Hace unos días he salido de una relación algo... Especial- le digo buscando las palabras adecuadas.- Ni siquiera sé si se le puede llamar relación digo abriendo mis brazos en cruz.- El caso es que me ha dejado tocada- digo bajando mis brazos rendida- por favor, Rocío, no llores. No te derrumbes justo ahora,- me digo a mí misma.
- Lo entiendo- le miro sorprendida.
No esperaba que me dijese eso. Creí que se enfadaría.
- ¿Lo entiendes?
- Claro. ¿Qué tipo de hombre te crees que soy? ¿Tan cruel me ves?- me sonríe pero no me gusta que me mire con pena- Vamos- me sujeta del brazo y nos sentamos en un banco del parque que hay cerca del bar.
- Cuéntame.
- ¿Cómo?- pregunto incrédula.
- Que me cuentes qué es lo que te ha sucedido para verte tan rota. A veces simplemente necesitamos desahogarnos con alguien. Y quién mejor para hacerlo que con alguien que no te conoce y que por ello no te juzgará.
- No quiero deprimirte para toda la noche- le digo con una pequeña sonrisa.
- Créeme cuando te digo que no lo harás. Estaría peor si estuviese dentro del bar cuando sé que tú estás mal- suspiro y me rindo.
- Lo que pasa es que no sé qué es lo que hay mal en mí. Quiero decir, conozco a hombres con los que quiero entablar una relación, pero antes de hacerlo sé que están condenadas al fracaso. La última que tuve, fuese lo que fuese, fue en la que más a gusto me sentí, y eso que solamente duró unos días. Pero cuanto más me gusta alguien, peor acabamos- le digo de carrerilla.
- Pero, ¿pasó algo en concreto? Quiero decir, ¿no congeniasteis como creías que lo haríais o hubo algún otro motivo?
- No, todo era perfecto. Pero él no es de aquí y me pidió que me quedase con él y bueno... Yo le rechacé.
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Rocío Y Sus Novios
HumorRocío es divertida, ingeniosa y trabajadora. Un personaje que te recordará a ti misma. Pronto aparecerán en sus vidas dos hombres que lo cambiarán todo para ella. Una historia con una mujer real, con los mismos problemas e inquietudes que todas pod...