Escuela

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-¿Estás listo?- me preguntó mamá acomodando mi camiseta.

-Ma, ya no soy un pequeño- me quejé, no me gusta que me arregle.

-¿Sabes qué quieres saber?

-Si. Quiero saber todo.

-Okay hijito...- sonrió -tienes suerte de que te haya tocado esto, hace como mil años antes la escuela duraba unos doce años.

Levanté una ceja- ¿me estás mintiendo?

Ella rió- No hijito, así era antes.

-Demonios, es mucho tiempo.

Ella se encogió de hombros y sonrió, comenzó a jugar con mi cabello.

-Que te vaya bien en tu examen, es casi imposible reprobar- añadió mi padre.

-Por supuesto.

-Bien hijito. Ve al auto- mandoneó mi mamá.

Asentí y me dirigí al auto. Estoy emocionado.

Esperé mucho tiempo para mi primer día de escuela, ya quiero vivir mi vida de una vez. Siento nervios y ya quiero ver a mis amigos en la escuela, todos crecimos juntos y ahora nos haremos hombres juntos.

Una vez llegué a la escuela, sonreí. Al fin.

-Te cuidas hijito, te veo en casa para la cena- dijo mi madre dejando las marcas de su labial en mi mejilla.

-Si, si, si...

Y entré corriendo.

Todo es grande, en todas parres hay cuadros de los antiguos directores del lugar y algunas frases en las puertas.

Todas eran puertas de cristal, era un ambiente puro y limpio. Estaba gozando de su arquitectura hasta que mis amigos gritaron mi nombre.

-¡Ya voy!- grite sonriendo y fui con ellos.

-¿Emocionados?- preguntó uno de mis amigos.

-¡Si!- dijimos todos poniendonos en filas de tres personas como nos indicaba un cartel en la parte superior de la sala.

-Aqui empieza nuestras vidas, desde aqui somos independientes- parloteó uno.

-No necesitaré llamar a ningún doctor para nada pues lo sabré todo, no habrá problema que no sepa solucionar... ¡creare mi propio auto!

-Le restregaré en la cara a mi hermano que el ya no es el único hombre en mi casa.

Comenzaron a chillar todos.

Sonreí- lamento romper sus sueños pero eso es solo si pasan la prueba y ustedes no son normales.

-Vamos, ni siquiera debes estudiar para esta prueba, es pan comido. Todo el mundo pasa.

Reí- si, si... bueno.

Luego una luz verde brilló y sonó una campaña.

Todos entramos y nos acomodamos en filas diferente, pero juntos de igual manera. Luego por la mesa se deslizaron lápices plateados y en la mesa brillaron letras.

-Bienvenidos estudiantes, me complace decirles que su día al fin ha llegado. Son el futuro del mundo y me enorgullece, ahora les diré que es lo que deben hacer. Su mesa posee una pantalla digital en donde darán su examen; deben responder conncompleta honestidad y para ello tienen sus lápices. Deben encenderlos y cuando la luz amarilla del lápiz brille empiezan con la prueba, pero si la luz se torna negra deben parar, la luz se torna negra cuando no están respondiendo con la verdad. Su bolígrafo tendrá un contacto especial con sus sentidos, nervios y otras variantes que dictan si son o no honestos. Si acaban su prueba ingresen el nombre y dejen su huella dactilar donde se les indica y retirence a la siguiente habitación donde seguiran con este proceso. Sus resultados saldrán dos horas después de que hayan terminado- dijo una voz a traves de un parlante.

Todos nos miramos, sonreímos y empezamos con una de las pruebas psicológicas.

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