Quiero ser libre

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Ya pasó una semana desde que estamos aquí. Es una real tortura.

El día destruye mi piel y la noche me congela hasta los huesos.

Cada vez es más difícil conseguir comida y huir de los enormes animales.

Thea es valiente y a veces me asusta, Colmillo nunca me deja. Amo a este perro con todo el corazón, se ha hecho mi mejor amigo.

-¿Cuánto más va a durar?- pregunté sentado mirando un río de agua cristalina.

-Durara cuanto tiempo ellos quieran- respondió con un coco partido y con agua del río adentro.

Limpiará mis heridas, ya que hemos sido presas de cada animal más extraño y pelogroso. Limpio con el agua la sangre y envolvió con cuidado cada una.

-Me duele...

-Lo se, pero debes aguantar. No les daré el gusto a esos putos de vernos sufrir.

-Pero estoy sufriendo.

Me dio una bofetada- silencio Santa Claus.

-Auch... ¿eh?

-Es que tu barba ha crecido.

-La odio.

-Si, no te queda.

-Esperaba palabras como: "Hey, no está mal" o "pareces Brat Pit cuando tenía nuestra edad" o "te ves mayor, me gusta"

Ella se partió de risa y tomó mi mano- ven, Santa Claus necesita un respiro.

-Pero...

-Nada de peros- me jaló y me hizo ponerme de pie.

Me sonrió, se quitó la blusa y el pantalón y quedó en ropa interior.

Wow...

Recibí otra bofetada de su parte- controla tus hormonas, Santa -me sonrió juguetona.

Sonreí como estúpido, sujetando mi mejilla.

Ella se rió, tomó su ropa y la puso sobre una piedra, la lavó y la dejó secando al sol (el puto sol >:v). Luego dio un salto y entró al agua.

Pues yo ya estoy descamisado, mi camisa está rota en partes envolviendo mis heridas. Suspiré, tiene razón, necesitamos un respito.

Me quité el pantalón y zapatos. Quedé en boxers y me acerqué a la enorme piedra para saltar.

Thea salió del agua moviendo su cabello hacia atrás con una sonrisa, lentamente dejándome ver su cuerpo mientras salía del agua Trague saliva.

Putas hormonas.

Decidí concentrarme en otra cosa, toqué el agua con el pie. Aaaayyyy está muy muy fría.

Luego un par de manos se posaron en mi espalda y me botaron al agua.

Joder, ¡está fría!

Thea se rió- ¡no eres más que un mimado -rió aun más fuerte- ¡Te quejas de todo!

Salí del río escupiendo agua mirando como ella sonreía. Su risa es melodiosa y potente, no la había oído hasta ahora.

Me gusta.

Sonreí.

Luego un peludo y mojado perrito blanco me lamió los pies, sonreí y alcé al enano.

Thea se acercó y sonrió- ¿ves? No estamos mal -guiñó el ojo.

-Por ahora. Después algún animal intentará atacarnos, o comeremos algo venenoso o quién sabe.

-No seas negativo, sonríe para ellos.

-¿Ellos?

-Nos vigilan todo el tiempo. Ellos nos mandan esas bestias, por eso las mato así. No son reales.

-¿Cómo lo sabes? ¿si son animales inocentes que ellos nos mandan?

Se encogió de hombros.

Suspiré y tomé mi lugar en el suelo, Colmillo persiguió su colita e hizo hoyos por todos lados. Amo tanto a ese pequeño.

-¿Ya fue suficiente?- sonó una fuerte voz en todo el lugar. Era la voz de Logan.

-¡Me vale verga!- gritó Thea -¡Son unos hijos de...- y puse mi mano en su boca para callarla.

-¡Si! ¡fue suficiente!- grité un poco desesperado.

-Se irán cuando Thea se disculpe por haberme faltado el respeto- añadió.

El rostro de Thea se hizo rojo- ¡Primero muerta! -gritó enfurecida por debajo de mi mano.

-Por favor, hazlo. Esto es una tortura.

-Nunca- dijo frunciendo el ceño.

-Bien, disfruten su estadía.

-¡No! ¡por favor!

Espere respuesta, pero nada.

Miré a Thea molesto- ¡Estás loca!

Ella frunció el ceño- ¡Ese eres tú! ¡¿Cómo mierda quieres que me disculpe con el hombre que nos hace esto?! ¡¿qué jugó con nosotros fingiendo morir?! ¡NO ME ARREPIENTO! ¡por mi pateo sus bolas hasta que revienten!- me gritó mucho más fuerte.

Pues que puedo decir. La perra me calló.

-¡Arg! ¡imbécil!- dijo molesta, cogió su ropa de la piedra y se fue.

Hora de aplicar los conocimientos de mi padre.

"Hijo, si alguna vez alguna mujer se molesta, justo como tu madre. No importa si tu tienes la razón, si quieres que se acabe rápido. Solo disculpate" papá era un genio y sabía lidiar con mi mamá. Incluso si papá perdía, ganaba.

Tomé aire y le agarré el hombro- de acuerdo, lo siento.

Levantó una ceja y acomodó una mando en su cintura- ¿de qué te disculpas?

-De... lo que dije.

-¿Y qué dijiste?

-Aaahhh... pues... aahhhh

-Hm- frunció el ceño de nuevo, dio media vuelta con estilo y siguió caminando.

Al parecer papá no conoció a mujeres como Thea aún.

Intenté acercarme pero ella tiene increíbles habilidades para mandar a la gente a la mierda.

Piensa Dominick, haz que te perdone.

Hmmm, creo que tengo una idea.

Me vestí, alcé piedras del suelo y comencé a ponerlas una tras otra mientras me adentraba al bosque.

Colmillo ya estaba a mi lado, caminando. Lo tomé en mis brazos y caminé con mi bolita de pelos.

Después de pasar unos minutos caminando, una planta se enredó en mi pie. Arg. Fruncí el ceño y me sacudí para liberarme.

Pero la planta subió hasta mi tobillo.

-¿Pero qué?- solté a Colmillo Blanco y comencé a jalar la planta, intentando romperla. Pero la planta subió más por mi pierna.

Estaba confundido y ya con algo de pánico. La planta en un segundo ya subió hasta mi rodilla.

Me alarmé, cogí una piedra y empecé a golpear la planta, pero esta de un jalón me hizo caer. Comillo Blanco empezó a ladrar y gruñir como loco.

Luego la planta tomó mi otro pie. Me arrastré y me aferré de un árbol que estaba cerca, pero esa planta empezó a jalarme con fuerza, ya no aguantaba, mis manos resbalaban de la madera.

-¡Ayuda! ¡por favor!- grité desesperado y asustado. Esto da terror.

Mis manos se soltaron de la madera, arañé el suelo mientras las plantas me arrastraban a la oscuridad.

En un segundo la luz se esfumó, y sentía como mi cuerpo era envuelto por esa planta... quitándome el aire.

El 30%Donde viven las historias. Descúbrelo ahora