Los Blood

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Volteé y vi a un montón de gente separada por líneas. Muchos lloraban, otros tenían camisas de fuerza y saltaban intentando escapar y golpear a los de su al rededor, otros no hacian nada solo estaban apoyados contra la pared, también habían personas en el suelo, meciéndose...

Tragué saliva. Esto... esto debe ser un error. Si, lo debo aclarar y, y... y salir de aqui.

Me obligué a caminar por ese medio y toqué a una señora, creo que es una enfermera.

-Ahhh, señora. Hola, me llamo Dominick y creo que hubo un error, yo no deberia estar aquí.

-No hay margen de error ¿eres nuevo? Ve a la habitación blanca del fondo y sabrás como funciona este lugar.

Y la perra se fue. Ugh.

Paresco perro asustado, eso me molesta. Tomé aire y caminé mirando el suelo ya que el resto de la gente de aqui me asusta... solo quiero ver a mis amigos y a mis padres.

Mi mente indagaba en las posibilidades de que tal vez no haya habido error... pero no tiene sentido, los del 30% son monstruos.

Entré al cuarto blanco y vi a cuatro chicos sentados en el suelo conversando, dos parados en silencio y pues... yo.

-Aaahhh ¿hola?

Nadie me respondió.

-¿Cómo aclaro este error? No soy Blood.

Nadie me miró.

Suspiré y me senté en el suelo. Solo.

Luego una señora vestida elegantemente entró por delante de dos mastodontes.

-Bueno, bueno, bueno ¿qué tenemos aquí? Haber... Según su prueba ustedes son los rebeldes de está zona, en esta ciudad. Escuchen, tal vez esten confundidos... o bien no tanto, pero el punto esque este no es el final. Habrá una segunda prueba para ustedes, nosotros queremos ayudarlos. Vamos a identificar el porque están aquí y como remediarlo para que puedan vivir sus vidas ¿entendido?

Abrí la boca para responder educadamente "entendido" pero vi al resto... y nadie se inmutó, me dio pánico y no hice nada.

-En fin... se que están agotados por todo este proceso, quiero que sepan que tienen este día libre para meditar y mañana empieza el proceso.

Nadie dijo nada. Rayos, me siento un insecto.

-Bien- dijo suspirando la señora y salió.

-Vieja de mierda- dijo alguien de los chicos del suelo.

-Arg, quisiera arrancarle los ojos- respondió otro gruñiendo.

Trague saliva y me paré. Quiero ver más de este lugar.

Salí de la habitación y vi líneas de colores.

Había una línea roja, entré sin pensar demasiado.

Vi a muchas mujeres reunidas en un salón separado por varios objetos con figuras geométricas.

-Hola- me sonrió una chica con sonrisa malisiosa.

-Hola...

-¿Eres nuevo?- me susurró con voz sensual y sacó lápiz labial.

-Aaahh... si.

-Me gustan los nuevos- respondió pasando el labial por sus labios. Esta señorita tenia una bata blanca, pero estaba cortada, muy mal cortada... le quedaba corta, dejando ver sus delgadas piernas también estaba cortado el escote dejando a la vista buena parte de sus senos.

-Soy Dominick- opté por presentarme.

-¿Te paresco bonita?- me miró y continuó con la labor de su labial, eso me irrita un poco.

-Ahhh...

-Hey- frunció el ceño -¿soy sensual?- sonrió acercándose y acariciando mi pierna con la suya.

-Ah, yo, ejem... si.

Se rió, era una risa escandalosa e irritante... hasta un poco enferma.

-¿Quieres besarme?- dijo chupando sus labios y pasando de nuevo el labial.

-¿Qué? Yo, ah, digo... ahhh... no.

-¿No?- me miró sería.

-Yo... no.

Mientras se ponía el labial... esté se corrió por un torpe movimiento de su mano, puso cara de loca.

-¡DIJISTE QUE ERA SENSUAL!- digo tomando los bordes de mi camiseta -¡DI QUE ME AMAS!

El miedo me invadió, intenté alejarme pero solo logré empujarla.

-Yo te amaré hasta el día que te mueras... o alguien te mate- sonrió -te lo juro juradito. Ahora ven Dominick, besame Domi.

Di algunos pasos hacia atrás, luego ella frunció el ceño- dame tu corazón... o te lo arrancaré.

Esas palabras me asustaron, se acercaba más a mi y cuando casi se bota sobre mí un guardia la tomó.

Retrocedí mientras intentaban tomar control de esa mujer y luego noté que la mayoría de las mujeres... hacían actos extraños.

Vi el sector de donde esa chica se me acercó y solo pude asustarme.

-Estamos aqui una semana- se rió una mujer frente a mí, ella tenía coletas y una muñeca algo maltratada -una semana llena de luces que te hablan.

-¿L..Luces?

La mujer me apuntó el techo, miré el techo y a mi alrededor, no vi ni una luz.

-¿Estás aquí una semana?...

-Si. Me tiré en el examen- puso cara triste.

-¿Sabes por qué estás aqui?

-Soy depresiva y a veces agresiva.

Pues tiene dieciséis, sino no estaría aqui.

-Ah.

-Y a veces suicida ¿y usted?

-No soy nada de eso... no se porque estoy aqui.

Ella se rió- yo pensaba lo mismo pero sus pruebas van a romperte, te van a presionar para saber que tienes y luego intentarán curarte... pero será tarde, estará tan roto que ya no podrás.

-Ahh... ¿por qué hay líneas de colores?

-Estamos separados todos, separados por problemas o caracteres. Solo le digo que no vaya a la negra.

-¿Por qué?

Ella se rió y se fue caminando, solo la observe, estaba dezcalsa, sus coletas tenían rizos y en sus piernas... oh Dios. Tiene miles de cortes.

Me estremecí.

Seguí caminando y vi una línea amarilla. Mi curiosidad me empujó.

Habían hombres vestidos de negro. Luego sentí un fuerte empujón que me dejó en el suelo botado.

-¿Qué? ¡¿Por qué estás aqui?! Quieres pelear ¡¿NO?!- me gritó alguien.

Volteé- claro que no.

-¡¿Te burlas de mi?!

-No.

Pero él se alteró y me dio un golpe en el rostro.

-¡Ah! ¿qué demonios te pasa?- grité furioso.

-¡CÁLLATE!- me gritó, me pateó y se sentó sobre mi.

Me revolqué y le di un puñetazo en mi cara, él se quedó quiero y me miró fijamente. Sep, no debí haber hecho eso.

-¡Idiota!- me gritó y comenzó a ahorcarme.

Intenté detenerlo, pero el aire de mis pulmones comenzó a abandonarme... es una sensación desesperante, no hay oxígeno, no tengo la fuerza para quitarmelo de encima, solo lentamente ni visión se fue nublando.

Escuché vagamente un silbato al perder la conciencia.

El 30%Donde viven las historias. Descúbrelo ahora