Capítulo 8.

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Después de que le dio de comer una fajita, llevó un vaso de té helado a sus labios. En el momento en que se tragó el té, deslizó su mano libre en sus pliegues y comenzó a acariciar su clítoris. Ella gimió y movió sus caderas contra su mano.
Metió dos dedos en su núcleo y frotó el pulgar contra su clítoris.

-¿Estás cerca, bebé?

-Sí. -Se retorció y echó la cabeza hacia atrás. -Dios, sí.

-Eso es otro castigo. -Retiró su mano y ella lo miró con sorpresa en su rostro.

-¿Qué he hecho? -Preguntó.

-Doble castigo. -Se paró, la tomó de la mano y la elevó de manera que sus cuerpos estuvieran nivelados. Podía sentir el calor de su cuerpo a través de su ropa. -No te diriges a mí correctamente.

Él la agarró por el culo y frotó su polla contra su vientre, deseando no tener nada puesto.

-Lo siento, profesor Villalpando. -Sonaba sin aliento. -No voy a hacerlo de nuevo.

-Pero todavía necesitas ser castigada. -Tomó su boca en un beso rápido, con hambre, llevándola tan cerca que sintió sus anillos de pezón a través de su camisa.

Levantó la cabeza y miró a los ojos verdes que estaban vidriosos de pasión.

-Pero tenemos que hablar de una cosa antes de llevar este asunto a más. -Apartó el pelo de su cara. -Necesitas una palabra de seguridad. En el momento en que dices esta palabra termina todo y te enviaré a casa en ese pequeño coche deportivo rojo.

El ceño fruncido.

-No lo entiendo, hum... profesor.

Le tomó el rostro entre sus manos.

-¿Sabes algo de bondage y dominación, Srta. Grayson? ¿Nalgadas, azotes y una variedad de otros métodos de castigo sexual?

Sus ojos se abrieron y también sus labios.

-¿Me vas a azotar?

-Uh-huh-dijo mientras cepillaba los labios sobre los de ella. -Y te prometo que te va a gustar.

Ella parpadeó.

-¿En serio?

-Mmmmmm... -Él le acarició el cuello, pasando por alto el hecho de que estaba olvidando llamarlo profesor. -Los anillos de pezón...dime, ¿te hicieron daño, pero ahora el dolor tiene una sensación intensa de placer en el?

Ella gimió.

-Sí. Bueno, voy a intentarlo. ¿Así que elijo una palabra de seguridad y detendrás cualquier cosa que no me guste?

Él levantó la cabeza.

-Todo se detiene y te vas a casa. Así que piensa con cuidado.

Se detuvo un momento y luego contuvo el aliento.

-Álgebra.

Se echó a reír.

-¿Por qué eliges eso?

_______ arrugó la nariz.

-Porque me gusta el álgebra.

Negó con la cabeza y sonrió.

-Vamos entonces. Tengo algunos juguetes que quiero mostrarte.

Ella arqueó las cejas.

-¿Juguetes?

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-shippeandoalarry.

Tomando instrucciones || Alonso Villalpando || SÚPER HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora