Amándote.

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Ya había pasado un ano y tres meses y no había señales de Vegeta pero no me importo. Volví nuevamente a mi casa en las montanas ya que había aceptado los entrenamientos de Turles. Volviéndome muy fuerte y veloz ya a tal punto que le podía golpear sin ninguna dificultad. Cada vez que lograba derivarlo este sonreía complacido. Sabía que controlaba inmensamente sus deseos de tenerme y que en gran parte se lo agradecía. Lo último que me faltaba en el entrenamiento era volar pero este me dijo que no era tan sencillo. Practicamos por días hasta lograr levitar solo un poco.

Este siempre intentaba algo conmigo pero siempre lo evadía. Luego reía y decía que tenia todo el tiempo del mundo para seducirme y que pronto seria de el. Yo lo miraba de mala gana ignorando sus palabras volviendo a entrenar.

En forma de pago le preparaba a Turles un banquete todos los días. Sabía que este no rechazaría mi comida comiéndosela como si se fuera a acabar el mundo. No se por que pero habían en muchas ocasiones que sentía que el me ocultaba algo. Obligándome a no confiar en el en su totalidad.

Luego del entrenamiento y despedirme de Turles me di un baño, ya que estaba muerta del cansancio buscando en la gaveta una bata para ponerme. En ese momento me tope con el conjunto que Vegeta me había comprado, ese que era estilo victoriano negro hermoso. Lo toque con nostalgia pensando en Vegeta, caminando hacia la cama para quedarme dormida como siempre hacia abrazando la almohada de mi esposo suspirando ese olor que solo era de el. Mirando la marca en mi muslo susurrando su nombre.

Aterrice la nave muy alejada de mi casa para que Milk no sospechara. Quería tomarla por sorpresa, imaginándome todo tipo de cosas haciéndome obligar subir mi ki. Luego pense que ella no era asi tratando de calmarme. Me puse mi traje de sayayin color azul y me dirigi hacia mi casa bajando mi ki para que Milk no pudiera sentirme. No quise entrar por la puerta recordando las muchas veses que me escabullía para verla dormida cuando aun era esposo de Bulma. Ella no tenia idea de que hacia eso, admirando como dormida.

Suspire nervioso como un pedazo de idiota entrando por la ventana. Mi parte maligna imaginaba a Milk con Kakaroto dormida desnuda o con otro pendejo a su lado, pero no. Hay esta mi mujer sola acostada con un pantalón corto y una camisa grande, abrazando mi almohada muy acurrucada. Por el infierno...estaba bella y hermosa comos siempre, con el cabello suelto y esa piel blanca y perfecta. De tan solo verla me senti extasiado, no me dejaba de sorprenderme pensando que ella jamás seria como Bulma.

Sonreí orgullosamente sentándome a su lado sin poder dejar de mirarla. Suspirando llevándome ese olor a limpio y a flores que de solo de ella emanaba. Me acerque a ella para besarla sin miedo de perderla, sin miedo de nada. Ahora era mas fuerte capas de defenderla de todo y mas de la maldita de Nash. Me acerque a ella para besarla sintiendo sus labios suaves en los mios.

-Mmm Vegeta.- murmuro haciéndome sentir escalofríos tan seductoramente que trague con dificultad.

-Milk...despierta mujer...- susurre dulcemente con esa voz que yo no reconocía muchas veces de mi mismo acariciando su rostro y su cabello.

Sentía la voz de Vegeta en la lejanía de mi sueños, sintiendo como alguien me tocaba el rostro. Alerta me levante casi en un grito pensando que tal vez Turles se había metido a mi casa pero no. Al abrir los ojos me encontré con la cara de perplejidad de Vegeta.

-Ve...vegeta.- tartamudee sin poder créelo.- Volviste...-

Pense que Milk se pondría feliz pero parecia aterrada y por que me quede callado esperando mas de sus labios. Sabia que estaba molesta por haberme ido y me pidio que no volviera... ¿acaso aun esta molesta conmigo? Y asi un temor poco a poco se fue apoderando de mi.

Mis memorias lllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora