Mirame.

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Cuando llegue a casa Vegeta no estaba cosa que me dio tiempo para pensar. Tal vez Nash tenia razon en muchos sentidos de la palabra suspirando teniendo ganas de llorar. Luego de darme un baño y ponerme una camisa larga de mi esposo y un pantalón corto me amare el cabello para ponerme a cocinar. Tratando de no pensar de no tener nada en la mente. No pude negar que cuando me meti a bañar derrame muchas lagrimas, ya que las palabras de Nash aun retumbaban en mi cabeza.

Sabia que Vegeta no me había contado nada para no mortificarme. Maldito orgulloso...que bien te conocía que bien me conocías. Trague con dificultad terminando de preparar la cena sintiendo mucho calor. En ese momento cuando estoy preparando la mesa sinto el ki de Vegeta. Entro de un portazo como de costumbre cuando trabajaba refunfuñado y maldiciendo por lo bajo. Tome valor para poder mirarlo a la cara, de hecho no pude me mantuve de espaldas de el para no mirarlo.

En ese momento siento sus manos recogerme un mechón de cabello suelto. Rodeándome por la cintura hundiendo su cabeza en mi cuello aspirando profundamente.

Mi mujer actuaba muy extraño ella siempre me recibía emocionada con un beso o un abrazo fugas. Pero hay estaba dándome la espalda mientras olía su cuello exquisito aun sin mirarme.

-Veo que no te hice falta.- le dije con suavidad besando su cuello sintiendo su nerviosismo.

-Siempre me haces falta.- contesto sin aun mirarme.

Me quede callada sintiendo los besos de mi esposo en mi cuello, con muchas ganas de llorar. Vegeta se hacerco a mi oido suspirando.

-¿Que tienes Milk?- me pregunto con una voz suave de tan solo escuchar mi nombre en sus labios tuve ganas de llorar.

-Nada amor.- le dije con un nudo en la garganta aun sin mirarlo.

Sabia que le pasaba algo y quería que me explicara que era. Una de las cosas que no soportaba era que las personas no me miraran a la cara. La voltee con suavidad viendo como ella me evadía la mirada...como solía hacerlo cuando me temía. La tome por el menton con suavidad para que me mirara pero posaba sus ojos hacia otro lado.

-Milk...mírame...- susurre tratando de entender.

-Yo...no..- tartamudeo bajando la cabeza de nuevo.

-No hagas esa mierda nunca en mi presencia, no bajes tu cabeza ante nadie mujer eres mi esposa ¿entiendes?- le dije con voz autoritaria pero sin dejar mi suavidad.

No pude evitar mirarlo. Hay estaba mi esposo con una mirada suave con sus labios entre abiertos, tratando de entender que me pasaba. Vestido con su corvada y su gabán color negro. ¿Caso había alguien tan perfecto bajo su imperfección?

De tan solo verme comencé a sollozar en silencio viendo como salia lagrimas de mi. Viendo como se preocupaba aun mas.

-¿Milk que demonios te pasa? ¿Qué te hicieron amor?- pregunto muy alarmado viéndome llorar yo no era de las que lloraba por que si.

-Nada...estoy bien.- susurre tratado de actuar normal de no mirarlo.

-Mujer tu no lloras por nada dime de una vez...-dijo secando mis lagrimas tomando mi rostro.

Milk dime que te pasa. Odio verte derramar lagrimas, me siento como una mierda cada vez que te veo de esa manera. Siento que es mi culpa sin saber por que aun que no lo sea. No eres la única que todo lo que tocas se vuelve mierda.

En ese momento lo bese jalándolo por la corbata con suavidad, olvidándome de todo. Sintiendo sus labios en los míos atrapando su aliento a menta en mi boca. Vegeta no me rechazo besándome de la misma manera acariciando mi rostro mientras lo hacia. Ese beso fue suave, lento y muy tierno. Mientras lo besaba acariciaba mi rostro en el suyo sintiendo su piel oliendo a mi esposo. Vegeta hacia lo mismo bajando sus manos a mis hombros y un poco mas quitándole la camisa.

Mis memorias lllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora