Capítulo 2

13.2K 586 61
                                    

                  

Al llegar a la oficina, veo que todo está como me gusta. Todo bien ordenado y limpio, con una taza de café Cappuccino humeante sobre mi escritorio, aunque con la ausencia de mi asistente personal, quien sea que haga esto, le estaré eternamente agradecida.

Aún faltan varios minutos para que llegue el primer entrevistado, así que me puse a revisar los pendientes, al igual que los emails.

***

No me di cuenta del paso del tiempo, hasta que suena mi teléfono.

- Señorita, el señor Ricardo Simmons ha llegado, ¿lo hago pasar a su oficina? -dijo Romina, mi recepcionista.

- Por supuesto, ya hazlo pasar.

Y dicho eso colgué el teléfono. Después, me dispuse a buscar cada uno de los expedientes. Ya que los había encontrado, alguien tocó la puerta.

- Adelante. -dije.

Entonces, él abrió la puerta, luce igual que en la foto de su expediente, eso sí, llegó muy presentable, con una camisa y pantalones de vestir, ahora falta ver si no es un cabeza hueca.

- Buenos días, señor Simmons, si gusta, puede tomar asiento. -dije.

- Buenos días, señorita Roberts, un placer.

Me quiso estrechar la mano, pero con una seña, le ordené que tomara asiento, y por supuesto, lo hizo.

- Muy bien, veo en tu expediente que eres de Texas. -dije.

- Sí, mis padres son de ahí, pero cuando tenía 10 años, nos mudamos aquí, a mi padre le dieron una oportunidad de trabajo muy buena. -él me contestó.

- Aquí dice que tienes 20 años, ¿sabías que eres el de menor edad de mis candidatos para el puesto de asistente personal?, ¿qué te hace diferente a ellos?

- Creo que para tener ésta edad, estoy muy preparado para poder desempeñar ese puesto, y si algo no sé, estoy dispuesto a aprender.

- ¿Sabes?, aquí no hay tiempo para que aprendas, no estás contratado, te pido que te retires de mi oficina.

- Pero, ¿por qué?, necesito el empleo...

- Mira, es muy sencillo, no tienes experiencia laboral, estás estudiando leyes, que por supuesto no tiene nada que ver con ésta empresa, no estás apto para el puesto, necesito personas de calidad, y tú no eres uno de ellos. Ahora, si me permites, te pido que te retires de mi oficina, tengo a otro candidato esperando.

Muy molesto, tomó sus pertenencias, abrió la puerta de la oficina, y antes de que se fuera le dije:

- El día en que seas un abogado con experiencia, no dudes en venir, tal vez haya algo para ti. 

- Muchas gracias, con permiso.

Y se fue, totalmente derrotado, siempre se van así, tal vez sea muy dura con ellos, pero no tengo tiempo para juegos.

Cuando estaba sumergida en mis pensamientos, Romina me anunció la llegada de la siguiente candidata, la señorita Julieta Vargas.

Igual que el señor Simmons, tocó la puerta al entrar.

- Adelante. -dije de nuevo.

En cuanto entró, muy amablemente me saludó.

- Muy buenos días, señorita Roberts, un gusto conocerla.

- El gusto es mío, señorita Vargas, si gusta, tome asiento.

Vargas murmuró gracias y tomó asiento.

Loca adicción (Loca adicción 1, Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora