Capítulo 18

7.2K 354 50
                                    


Cuando llegamos, todo el jardín de la casa de mis padres estaba atestado de gente, todos amigos cercanos a ellos, y unos que no tanto.

Al hacer nuestra aparición, toda la atención de los invitados cayó sobre mí y sobre Adam, y como siempre, ellos empezaron a murmurar, a hacer comentarios entre ellos, y lo peor es que no les importa que estemos presentes y que podemos escuchar todo.

Entre la multitud, visualicé a mis padres, y rápidamente nos acercamos a ellos.

- ¡Hola, papá! –dije tratando de sonar entusiasta.

- Hola, mi cielo.

Me acerqué más a él, lo abracé, e inmediatamente me embriagó con su aroma, cítricos, sin olvidar también el ligero olor a tabaco para pipa.

- ¿Recibiste mi regalo? –pregunté.

- Si, me encantó, es muy hermosa. –dijo muy emocionado.

- Algún día quiero que me la prestes, tal vez un fin de semana.

- Cuando gustes, cariño.

- ¿Y a mí no me vas a saludar, Catherine? –dijo mi madre un tanto molesta.

- Por supuesto, mamá.

Me saludó dándome un beso en cada mejilla, lo mismo hizo con Adam.

- Es un placer volver a verla, señora Roberts. –dijo Adam.

- Elise, sólo Elise. –dijo mi madre.

- Por cierto, jovencito, usted y yo tenemos una plática pendiente, la dejaremos para otro día, obviamente. –dijo mi padre.

- Sí, señor Roberts, cuando guste. –respondió Adam muy seguro.

- Bueno, queridos, debemos atender a los otros invitados, diviértanse. –dijo mi madre llevándose a papá del brazo.

- Creo que iré por alguna bebida, ¿gustas algo? –preguntó.

- Tequila –respondí con una sonrisa.

- Espera aquí, en un momento te la traigo.

Él se fue, y me quedé observando a las personas, no le han quitado a Adam la mirada ni por un segundo, me dan ganas de gritarles que se metan en sus propios asuntos.

A los pocos segundos, Adam volvió con dos copas de champagne.

- No había tequila, lo siento. –dijo un tanto preocupado.

- No te preocupes.

- Brindemos –propuso.

- ¿Por qué quieres brindar? –pregunté.

- Por nosotros.

- Muy bien, por nosotros.

Chocamos un poco las copas, y bebimos un poco del líquido espumoso que contenían.

La cena fue un completo borrón, no puse mucha atención en eso, sólo en Adam, porque si no me enfocaba en él, me enfocaría en los buitres que nos observan, y por papá, no pienso hacer ningún espectáculo.

Al terminar de cenar, le propuse a Adam ir a dar un paseo por los alrededores, él aceptó encantado.

- No es que me meta en dónde no me llaman, pero, ¿qué fue lo que le regalaste a tu padre? –preguntó.

- Una casa cerca de un lago, en cuanto la vi, sabía que le iba a encantar.

- Pensé que habías olvidado comprarle un regalo.

- No, nunca olvido su cumpleaños, tal vez la fiesta, pero no el día en el que cumple años, es el mismo día en el que él y mamá me adoptaron cuando tenía 11 años.

Loca adicción (Loca adicción 1, Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora