- Cree muy bien, ¿qué quiere saber? –le pregunté.
- Quiero saberlo todo. –exigió.
- ¿Por dónde empiezo?, ah, ya recordé en que me quedé cuando nos interrumpieron, ¿ha escuchado acerca del BDSM?
Se acercó a una silla frente a mi escritorio, y se sentó.
- Para ser honestos, no, no sé nada, sé lo básico acerca del sexo, lo que me enseñaron en el colegio, nada de golpear a las personas y darles placer. –contestó.
- Bueno, el BDSM viene de las siglas de Bondage, Disciplina, Sadismo y Masoquismo, ¿entiende esas palabras?
- No del todo.
- Bueno, bondage es la práctica del placer estando atado o esposado, disciplina es la sumisión de alguien ante la dominación de alguien, el sadismo es el placer en el dolor y en la humillación de una persona, y el masoquismo es el placer que una persona siente cuando le causan dolor y humillación, ¿me explico?
- Sí, y eso, ¿se lo hacen a usted o usted lo hace?
- ¿El qué?, ¿el dominar a alguien?, sí, soy Dominante.
- ¿A cualquier persona?
- Con ciertas personas, todas ellas hombres.
- ¿Con cuántos?
- Con catorce.
- ¿Ellos estuvieron de acuerdo?
- Absolutamente, y demostraron estar de acuerdo mediante la firma de un contrato.
- ¿Se firma un contrato?
- Si, ese documento sirve para establecer lo que están o no dispuestos a hacer, al firmar ese contrato tengo el total control de sus vidas, técnicamente sus vidas me pertenecen.
- ¿Por qué están de acuerdo en hacer eso?
- Unos por dinero, otros porque creen que con eso van a poder hacerme sentir algo por ellos, y después casarnos.
- ¿Les paga?
- Si, lo que le pago de salario, pero de manera semanal.
- ¿Qué pasa si quiero intentarlo?
Esa pregunta me tomó por sorpresa, no esperaba eso.
- Nunca sucederá, yo no hago esas cosas con mi personal, y mucho menos haré eso con usted. –respondí.
- ¿Por qué no? –preguntó.
- Porque yo no pudiera hacerle eso, no pudiera humillarlo, no me atrevería a golpearlo.
Mi respuesta no se la esperaba, pensó que sería muy fácil entregarme su vida, aunque fuera de forma temporal, no me atrevería de hacerle esas cosas a Adam.
- No sabe lo que me está pidiendo, me entregaría su vida, yo controlaría todo lo que usted haga. –dije.
- ¿Por qué busca controlar todo?
- Porque es mi adicción, mi loca adicción.
- Mire, podemos hacer algo, deme una copia del contrato, lo leeré detenidamente, cualquier duda que tenga, la consultaré con usted, y ya después de que lo lea, aún quiero hacerlo, podemos llegar a una negociación.
- Mmmm, estoy de acuerdo, haremos eso, pero sin la parte de la negociación, y una cosa más, agradecería su discreción.
- No tenga cuidado, seré muy discreto, y por supuesto que habrá negociación, si en verdad lo quiero, lo habrá.
- No cuente con ello, y más le vale hacerme caso.
Busqué el archivo en la computadora en el que tengo una copia del contrato, le borré los datos que tenía, y lo mandé a imprimir.
- Ese documento que se está imprimiendo es el contrato, léalo en casa, tranquilamente, y trate de no llevarlo a la empresa. –dije.
Se puso de pie, tomó los documentos recién impresos, y los metió en un fólder.
- No tenga cuidado, no lo llevaré ahí. –dijo Adam.
- Muy bien, en ese escritorio que ve ahí, es donde trabajará aquí, por favor ocupe su lugar, y mientras llamaré a la oficina para ver cómo van las cosas por allá.
- Como usted diga.
Tomó su folder, y fue a ocupar su lugar.
Al instante en que Adam ocupó su lugar, me dispuse a llamar a la empresa.
- Roberts Publicity & Marketing Company, Romina al habla. –contestó Romina.
- Hola, Romina, ¿cómo está todo por allá? –pregunté.
- Ay, señorita, qué bueno que habla, ha ocurrido algo.
- ¿Qué pasa?
- Quieren embargar, y se quieren llevar muchas cosas.
- ¿Embargar?, ¿pero cómo? –dije, impresionada.
- Dice el representante que es porque hace un tiempo no se han pagado los impuestos.
- Dígales que voy para allá, y movilíceme al equipo legal y al estúpido del contador, no es posible su ineptitud.
- Como usted ordene, la veo en un rato.
Cuelgo el teléfono, y le digo a Adam:
- Busque a Carrison, y dígale que prepare los coches, saldremos. –le ordené.
- Sí, en unos minutos estará todo listo.
Salió corriendo de la oficina, y yo, me puse a buscar los comprobantes de los pagos de los impuestos, no es posible que tenga algún adeudo.
Al encontrar la carpeta, corrí hacia mi habitación, tomé un bolso y las llaves del coche, ¿cambiarme?, no, no hay tiempo, siempre hay una primera vez para ir a la oficina con pantalones de chándal.
Al bajar al estacionamiento, estaban ambos coches preparados, y Adam ya estaba dentro de mi coche.
Subí rápidamente al coche, y salimos rumbo a la oficina.
***
Al llegar a la oficina, me bajé rápidamente del coche, y al llegar a la recepción me encontré con 5 oficiales y a un par de abogados.
- Soy Catherine Roberts, presidente de ésta empresa, ¿por cuáles motivos quieren embargar? –pregunté.
- Por evasión fiscal, señorita. –respondió uno de los abogados.
- Eso es imposible, vamos al corriente con los pagos de impuestos, aquí tengo los comprobantes.
Les entregué la carpeta con todos los comprobantes de pago, y se pusieron a revisarla.
A los diez minutos que les entregué la carpeta, un abogado se acerca, y me dice:
- Esos documentos son falsos, queda detenida por falsificación de documentación legal.
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Loca adicción (Loca adicción 1, Completa)
General FictionMi nombre es Catherine Roberts, tengo 29 años, soy dueña de mi propia empresa de publicidad y marketing, soy Dominante, y estoy en busca de un nuevo sumiso. R17 - contenido altamente EXPLÍCITO (Loca Adicción 1)