Capítulo 7

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Lentamente nos recostamos sobre el asiento de la limosina, sin parar de besarnos, quedando Adam encima de mí.

Cuando menos lo esperé, sentí su dura erección en mi muslo izquierdo, pero no me importó. Seguí besándolo, hasta que Taylor frenó el vehículo, habíamos llegado a mi apartamento.

Rápidamente bajamos de la limosina, y nos subimos al elevador. Mientras subíamos, Adam besaba mi cuello, y lentamente bajaba a mi clavícula.

Después de bajarnos del elevador, llegamos al apartamento, y el saco de Adam, mi bolso y mis zapatos volaron por el recibidor.

Adam tomó mi mano, y corriendo me llevó a mi habitación.

Cuando llegamos, Adam siguió besando mi cuello, y sus ágiles manos iban directamente a la cremallera del vestido, pero lo detuve, tomé sus brazos y los coloqué a sus costados.

Después, lentamente empecé a deshacer el nudo de su corbata, y ya que se la quité, la lancé al suelo. Luego, desabotoné su camisa, y por cada botón le daba un beso en su duro abdomen.

Ya que terminé mi cometido, me acercó a él y me besó, pegándome a su cuerpo, y haciéndome sentir de nuevo a su erección.

Con cuidado, llevé mis manos a su pantalón y empecé a quitárselo, hasta que lo dejé en con solo su bóxer.

- Ya puedes quitarme el vestido. –le dije.

Llevó sus manos a la cremallera del vestido, y mientras lo hacía, sentía el aire frio recorriendo mi cuerpo, erizando mi piel. Lentamente bajó el vestido de mis hombros, y después por el resto de mi cuerpo.

Lazó el vestido lo más lejos que puedo, y después llevó sus manos a mis pechos, recorriendo cada uno de sus dedos por mis pezones, haciendo que mi entrepierna se humedeciera aún más.

Al notar mi reacción, Adam llevó su boca a uno de mis pechos, y chupó mi pezón como nadie lo había hecho antes. Después, hizo exactamente lo mismo con el otro.

Cuando terminó, llevó sus manos a mis bragas, y sin darme cuenta aparecieron en mi visión, las había roto.

De nuevo me acercó a mí, y me besó, mordiéndome mis labios, yo por mi parte envolví mis piernas en su cintura, y me recostó sobre la cama.

Ya que me dejó recostada, se quitó su bóxer, dejándome ver su glorioso cuerpo. Después se acercó a mí, y me besó, sintiendo su piel sobre mi piel.

- Quiero estar dentro de usted. –me dijo.

- No te detengas. –respondí.

- Necesito un condón.

- No se preocupe, tomo la píldora, y estoy sana.

- Yo también estoy sano, completamente limpio.

- No se imagina desde cuando había deseado esto.

- Ni usted se imagina desde cuando lo había querido.

Volvió a besarme, y después entró en mí, haciéndome gemir y gritar su nombre una y otra vez, y él gruñía cual hombre que es.

Poco a poco llegaba a la cúspide, pero sentí que a Adam le faltaba muy poco.

- Aún no se corra, yo le digo cuando. –le dije.

Al poco tiempo, sentí que ya estaba llegado, me faltaba muy poco.

- Ya puede correrse. –le anuncié.

Y el orgasmo inundó nuestros cuerpos.

***

Mi cabeza punza, me voy a morir del dolor de cabeza, no debí haber tomado ese tequila, ya había tenido suficiente con el champagne.

Estoy acostada sobre mi cama, completamente desnuda, y con Adam Ahern a mi lado, durmiendo cuan oso en invierno.

Sin hacer ruido, me levanté de la cama, y me fui al baño, me urgía una ducha.

Al llegar al baño, me metí a la ducha, y abrí la llave del agua.

Cuando me estaba enjabonado, recordé cada una de las caricias y los besos de Adam, y cuando menos me di cuenta, ya tenía mi mano acariciando mi sexo.

Llevé mi otra mano a mis pechos, y los empecé a acariciar, recordando cada momento.

Yo no soy una mujer que se auto complace, pero con lo vivido con Adam Ahern es inevitable. Fue el mejor primer polvo que he tenido en mi vida, fue muy excitante.

Al poco tiempo, llegué a la cúspide, con una sola cosa en mi mente, más bien una persona, Adam.

Ya que salí del cuarto de baño, tomé una toalla, y empecé a secar cada parte de mi cuerpo, y ahí fue cuando me di cuenta de que había cometido un grave error, me metí a la cama con un empleado.

En toda mi carrera nunca me había sucedido, nunca me había metido con alguien de mi personal, no entiendo que me sucede con Adam, es muy extraño.

Tomé la toalla con la que me secaba, y envolví mi cuerpo con ella, tenía que sacar a Adam de mi habitación.

Salí, y vi el reloj en mi buró, las 8 de la mañana, se supone que ya debería de estar en la oficina.

- Adam, despierte, es hora de ir a trabajar. –dije.

- Mi cabeza, duele...

- ¡Qué se levante!, ¿qué parte de es hora de ir a trabajar no entiende?

- Disculpe, me iré a vestir. –dijo poniéndose de pie y envolviendo su cuerpo con una sábana.

- Una cosa más, lo que ocurrió anoche no se va a volver a repetir, fue un grandísimo error.

- Si fue un error, fue el mejor error que he cometido.

- Vaya a arreglarse, en unos minutos estaré lista.

- Sí, señorita, pero primero tengo que ir al baño.

- Adelante, pero no tarde mucho.

Caminó, pero hacia el lado equivocado, iba directamente a la puerta del cuarto rojo, del cuarto de juegos, no iba al baño.

- No abra esa... -fue demasiado tarde, ya la había abierto.

- Santa mierda. –dijo entrando al cuarto.

Loca adicción (Loca adicción 1, Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora