Pasaron varios días y Alexa seguía ignorándome, poco a poco iba dejando de importarme, o eso intentaba hacer. Era difícil no mirar ese cuerpo, esos ojos, y esa cara tan perfecta todos los días, compartiendo café, horas juntas en la misma sala, sin mirarnos y sin hablarnos. Fue toda una tortura pero creo que puedo sentir un ligero cambio respecto a lo que sentía inicialmente.
Dicen que después del huracán viene la calma, pero esta vez no fue así. Después de estos días de sentimientos calmados vino el verdadero huracán.
Llego temprano, como todos los días, las mañanas aun eran fríos y oscuras, pero esto cambio cuando vi algo que me ilumino el día. La sonrisa de Alexa. Hacia mí. SI, Alexa me sonrió.
No entendí, no se por que, a lo mejor solo estaba de bueno humor, pero eso ya había pasado antes, días en los que Alexa estaba de excelente humor con todos menos conmigo, me ignoraba completamente y eso dolía. No se que fue lo que la cambio aquella mañana.
-Hola!- Entre saludando como siempre.
-Hola Gaby!- Dijo Alexa con la enorme sonrisa que me confundió, me asusto, me impresiono y me enamoro también.
No puedo evitar mirarla por unos segundos, seguramente se dio cuenta de mi cara de sorpresa, pero ella miro hacia otro lado con total naturalidad como si fuéramos amigas desde hace años.
Un día agitado, mucho trabajo, tuve que cubrir la suplencia de otras profesoras de biología con alumnos que no conozco de primer año, y fue incomodo y algo vergonzoso, sumándole que Alexa no se cansaba de dar vueltas en mi cabeza. Veía su sonrisa por todos lados acompañada con sus ojos achinados y brillantes. Fue solo unos pocos segundos que me sonrió, pero logre congelar esa imagen para repetirla una y otra vez, hasta el cansancio.
Se habría equivocado? Habrá pensado que era alguien más? Por eso me sonrió? No, pero dijo mi nombre, sabía que era yo. Pero... no estaba enojada? O asqueada no lo sé, solo sé que me ignoraba.
El hecho de que me haya sonreído por supuesto me alegraba pero a su vez me enojaba, después de ignorarme tantos días, tantos días confundida, viene un día cualquiera a sonreírme y hacer que mi mente explote. Esta chica hace lo que quiere! Me maneja, me controla a su gusto. Estoy muy enojada con ella, pero soy tan estúpida que haría todo lo que me pida.
Era la hora de irnos, salgo del colegio tapándome por la lluvia que había, llego a mi auto y mientras abro la puerta escucho a Alexa en la vereda de enfrente.
-Chau Gaby! hasta mañana.- me dijo con su sonrisa, otra vez! La misma sonrisa otra vez!
No le respondí, solo espere a que ella entrara a su auto y luego yo entre al mío, me quede unos segundos agarrada al volante mientras veía como su auto se alejaba. Que estaba pasando? Que me está haciendo?
Dios estaba tan enojada! Enojada conmigo. Mi mente se dividía en dos literalmente, una parte me decía, aléjate, ella te ignoro, solo está jugando, a lo mejor solo quiere sexo como dijo aquella noche "No te preocupes, no termina acá..." frase que repetí muchas veces en mi cabeza.
La otra parte simplemente me decía que haría lo que fuera para que me vuelva a sonreír de esa manera.
Llegue a casa a cenar, comí muy poco, no tenía mucha hambre. Solo quería acostarme pero obvio que no podía dormir. Hablaba con piper, mi compañero y psicólogo.
-No sé qué pensar, hoy me sonrió dos veces, ayer podía pasarle por arriba que no iba a mirarme, que intenta hacer? Que plan ideo para cambiar así? Si tan solo lo supiera...
-No puedo permitir que jueguen conmigo, no de nuevo, lastima, me hace mucho daño y odio sufrir así por alguien quien después terminas arrepintiéndote y sintiéndote como una idiota. Ya me paso, me enamore de alguien que solo quería jugar. Dana. Era la chica perfecta, era hermosa y súper divertida, claro, y todo lo que una tiene que ser para gustarle a la otra, tenía su teatro bien ensayado, Dana estaba con toda chica que hiciera contacto visual con ella, por supuesto, yo no lo sabía. Me enamoré de ella como una idiota mientras yo la recordaba y suspiraba de amor ella estaba acostada con otra mujer.
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Enséñame a amar (historia lésbica)
RomanceEl amor puede emerger de donde menos lo esperas, un amigo conocido o quizás alguien que jamás has visto en tu vida, pero si es el verdadero el destino va a juntarlos porque así debe ser, rompiendo cualquier tipo de barrera. Esta vez el amor surge e...