Capitulo 11

11.8K 482 12
                                    

Apenas llego con mi papá empezamos a hablar de ciertas cosas, veía como le costaba pronunciar palabras y se frustraba asique solo decía palabras sueltas o hacía señas. El me preguntaba sobre cómo se encontraba y yo no quería decirle mucho las probabilidades que había de que lo pusieran en coma inducido para no asustarlo, simplemente le dije que no sabía nada no había hablado con los doctores.

Mis ojos se agrandaron cuando vi a Eugenia entrar en la habitación y ella me miraba con una sonrisa seductora.

-Buenas tardes, vengo a tomarle la presión para el control

Mientras conectaba algunos aparatos a mi padre y inyectarle ciertas cosas a su suero me miraba de reojo y me sonreía, yo hacía lo mismo aunque me ponía algo nerviosa, sentía algo de vergüenza aunque no se bien por que, ella fue la que me besó.

Mi papá parece que sintió bien el tranquilizante que le inyecto ya que se relajo enseguida y empezó a cerrar sus ojos para dormir.

-Puedo verte afuera de la habitación?

-Claro.- en realidad no sabía si era por algo que le pasara a mi padre o que

-Pasa algo grave?

-No. Solo quería saber cómo estabas.- no dejaba de sonreír y de insinuarme

- Y por que me hiciste salir?

-Por si tu papá escuchaba.- miro hacia la habitación vigilando que mi papá no estuviera mirando o escuchándonos.

-Parece que no, estas muy linda hoy... amo como te peinas y tu cabello. Es tan suave y siempre huele bien.- Yo tenía mi cabello suelto y solo un mechón enganchado en el lado izquierdo, casi siempre lo llevaba así era más por comodidad para que no me cayera en la cara que por arreglarme

Me sonroje un poco sentí algo de calor en mi cara y sonreí mirando hacia abajo

-Gracias, bueno, vos también estas muy linda hoy... y siempre- añadí atreviéndome un poco

-Supongo que el uniforme me hace ver así- ella no dejaba de mirarme sonriendo, me ponía algo nerviosa aunque me gustara, sentía que no era lugar para estar así, y podía notarse mi vergüenza

-Nadie viene por acá, soy la encargada de terapia intensiva asique siempre se bien quienes andan acá y te aseguro que nadie vendrá

Solo mire sus labios aun insegura de que si lo que me decía era cierto o no por alguna razón no le creía, pero no podía dejar de sonreírle.

Apartó un cabello de mi rostro poniéndolo detrás de mi oreja y tomando mi cara para presionar sus labios con los míos, eran tan suaves, la ultima vez ni siquiera pude notarlos porque fue muy rápido de esta forma pude saborearlos un poco más. El momento se hizo interminable hasta que ella se atrevió a tocar mis labios con su lengua y se sentía muy bien. Sin demorarme hice lo mismo y nuestras lenguas se juntaron en mi boca masajeando unas con otras, me empuja suavemente contra la pared que estaba detrás mío sosteniendo mi cara con sus dos manos esta vez y yo me aferré a su cintura, subía mi mano acariciando su espalda y parecía que quería ir más lejos y yo también, pero recordé que estábamos en un hospital y nada podía pasar ahí. La separe de mi un momento y ella sonrió en mis labios, inmediatamente volvió a besarme y yo no podía detenerla o mejor dicho no quería.

Escuchamos el ruido del ascensor abriéndose unos metros más lejos de donde estábamos e inmediatamente me soltó y se apartó de mi poniendo sus manos detrás de si, como si estuviéramos hablando sin ningún tipo de contacto, no pude evitar reír. Me pareció muy tierna.

-Eugenia, te estaba buscando, necesito que firmes unos papeles

-Está bien. Ya voy... seguimos después.- se refirió a mi

Enséñame a amar (historia lésbica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora