The only girl in the world- Jarry Stirlwall

Cita doble

Me encontraba usando el celular en la sala de estar mientras que Harry estaba tirado en el sillón haciendo zapping.
-Entonces amnesia ¿eh?
Iba vestido con unos jeans ajustados negros y una musculosa del mismo color, sus ojos verdes resaltaban, al igual que sus tatuajes los cuales estaban a la vista.
-Sí, Harry, lo haz preguntado unas diez veces estos veinte minutos.
-Bien. ¿Entonces también he mencionado lo linda que te ves en vestido?
Me sonrojé. Yo usaba un lindo vestido liso negro para no llamar la atención, pero aún así las persianas y cortinas estaban cerradas al igual que la puerta principal y no esperábamos visitas. Mi cabello caía como una cascada sobre mis hombros y tenía una corona de flores en ella que Harry me había regalado al entrar.
Entonces Hazza soltó unas cuantas carcajadas al verme roja.-Idiota. -solté golpeándolo débilmente en su hombro.
-Eres graciosa cuando te sonrojas.
-Y tú te verás gracioso cuándo...-me quedé pensando cuándo algo sería gracioso en él sin que quede jodidamente sexy.
-¿Qué? -una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios- ¿Acaso lo... olvidaste?
Y comenzó a reír muy fuerte mientras yo tiraba los cojines del sofá en el que estaba sentada en su dirección.
-¡Detente, mujer! -exclamó entre risas- ¡Eso es agresión! ¡Violencia de genero! ¡Te demandaré!
-¿Y quién te creería que el perfecto James Payne haría semejante cosa y es una adolescente?
-Touché. -coincidió. Se levantó y se acercó con pasos perezosos hasta mí. Se reclinó un poco hasta quedar arriba mío. Su pierna derecha estaba a la izquierda de la mía y la izquierda a mi derecha mientras yo mantenía las mías apretadas.
Mi labio inferior comenzó a moverse en vano intentando decir alguna palabra pero no estaba en mis mejores condiciones.
Sus labios rozaron mi mejilla y me estremecí.
-Pero tengo mis propios métodos para conseguir lo que quiero -susurró a mi oído.
Sentí su boca ensancharse y formar una sonrisa burlona que tanto conocía de Harry.
Se levantó de un salto y preguntó tomándo las llaves de su coche y juegando con ellas:
-¿Quieres ir a algún lado?
Yo todavía estaba algo impactada para responder cualquier cosa, pero no quería que lo supiera así que respondí con un hilo de voz.
-Con esta ropa ni muerta.
-Entonces te doy diez minutos para que te cambies. Sabes que no puedo esperar.
Yo subí a toda velocidad las escaleras mientras mi novio -aún se sentía raro decirle así- hacía una cuenta regresiva.
Cuando estuve lista bajé con un minuto de sobra.
-Venga eh, que te haz hecho esperar.
-Ya sabes lo que dicen, lo mejor para el final. -bromeé.
-Bien -dijo finalmente tomándo la corona de flores que se me había caído entre los cojines y colocándola en su cabeza-. Mejor seguimos viaje.
Nos subimos al automóvil y condujo unos minutos.
Narra Liam:

Jade lloraba todas las putas noches de su vida, a veces inconsciente mientras dormía y otras tan despierta que el río de sus lágrimas le causaban insomnio. Pero no se engañen, ambas eran igual de ruidosas.
A la quinta noche de respiraciones entre cortadas y gritos que me causaban pesadillas me propuse un conteo de noches en que lloraba. No faltó ninguna vez. Excepto esta. Eso me perturbó. ¿Por qué no estaba llorando? Algo olía mal en todo eso, pero no podía meterme en su habitación así como así.
-¡Jade! -la llamé.
Nada.
-¡James! -volví a intentar sin éxito.
Tal vez por fin había superado todo esto y no se sentía tan acojonada por la casa.
No era un secreto que había comenzado a salir con Styles, casi todo el colegio estaba enterado de ello y tenían vista muy de cerca a Jade.
«¿Cómo un pequeño niño nuevo podía domar al casi asexual Harry Styles?» se preguntaban ellos. Si ellos supieran lo que yo...
Mi abuelo me hacía trabajar todas las tardes en la investigación de energía electromagnética que causaba Jade haciéndo múltiples estudios pero nada.
Hablé un rato con Jordan sobre Jade, pero seguían algo peleadas por decirle el secreto a Harry así que no hablaban muy seguido.
Se escuchó el ruido de una puerta y luego de unos pasos alguien tocaba la mía.
-¿Sí? -pregunté algo atontado.
-Liam, soy Jade ¿puedo pasar?
-Va-vale.
Jade nunca tocaba la puerta. Cuando entró me sorprendí de no verla como un varón.
-¿Qué pasa? -pregunté.
Ella se sentó en mi cama mirando sus manos que estaban entrelazadas.
-Tú eres lo más parecido a una mejor amiga que tengo.
-Vale, gracias. -solté sarcástico.
-Y tengo que contarle esto a alguien -se ruborizó ignorando mi comentario. Respiró hondo y continuó-. Yo... lo he hecho con Harry.
Oh. Mai. Buda.
-¿QUE HICISTE QUÉ? -grité y ella me tapó la boca con sus manos.
-No tan alto pidió-. Estábamos de lo más normal en su departamento viendo una película y sus amigos se había ido a tomar unas cervezas y pasó.
-No, no puede simplemente pasar, tú... por favor dime que no fue en el sofá.
Ella se quedó callada.
-¿FUE EN EL SOFÁ?
-¡No! -exclamó- Sólo pensaba.
-¿Usaron protección? -susurré. -¡Liam!
-¿Qué? Tú fuiste la que querías hablarlo conmigo ahora me dices todo.
Jade hundió su cara en sus manos.
-No. No hay condones si no te haz dado cuenta. Si quieres no tener un hijo con un robot simplemente la programas para que no pase.
-Santa cachufla. ¿Y si tienes SIDA? ¿Y si me contagias de SIDA? ¡¿Y si ahora tengo SIDA?!
-Así no se da el SIDA. -intentó tranquilizarme.
-¡Claro que sí! ¡Lo dice el nombre! "Sí, da".
-¿Vas a seguir gritando o te cuento?
Yo me callé y ella tomó otra inhalación profunda.
-Le había pedido a Harry si podía volver a mi forma normal porque me incomodaba no tener mi pelo largo.
-Sí, claro. -comenté con una tos fingida.
-Entonces, seguí como chica y él había dejado de ver la película para mirarme, estaba clavando su mirada en mí.
-Y otra cosa...-murmuré sin que escuche.
-Yo lo miraba por el rabillo del ojo y cuando también lo vi nuestros ojos se conectaron y nos besamos... fue tan intenso. Dolió. Pero no tanto.
-Detente ahí. Creo que voy a devolver la cena.
-Venga, Liam. -rió.
-No pretendo entender de vaginas, si me disculpas, eso fue asqueroso.
Ella siguió riendo ante mi inocencia.
Cuándo terminé de fingir unas arcadas la tomé de las manos.
-Cielito, mi amor, dulzura... siempre voy a estar ahí, pero si sigues contándome cochinadas te compraré un diario íntimo. -ella rió y seguí- estoy muy contenta de ustedes, y quería decirte que ya no me gusta Harry y que tengo mis ojos en alguien más.
-¿Ah, sí?
-Ajá, -asentí- solo salimos un par de veces pero tiene esa pizca de bad-boy que me gusta, aun que si lo legas a conocer bien es una ternurita.
-¿Cómo se llama?
-Zayn.
-No puedes hablar en serio.
Sonreí de medio lado y la abracé.
-Bien, muchas revelaciones para una noche. Ve a dormir, se nota que tuviste un día... agitado.
-Pervertido. -sonrió antes de irse.
-¡Recuerda cual de los dos sigue virgen! -grité para que me escuche en el pasillo y se pudo oír el eco de su risa.
Y por primera vez en noches, ella no lloró.