Capítulo VI: Gred & Feorge

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Cuando me levanté saqué de un salto toda mi pereza y corrí hasta el baño para asearme y alistarme antes que cualquiera de mis compañeras. Ya cuando me disponía a ponerme un zapato a la par en que ajustaba mi corbata esmeralda, caí de espaldas encima de la cama de Selwyn y ésta, más agradecida que molesta, me pidió que la esperara para evitar pasearse como una niña solitaria de primer año, y yo acepté.

Echándonos una última mirada en el espejo, Selwyn habló con emoción:

— No puedo creer que haya quedado en Slytherin.

— Creí que su familia era de esta casa  —admití, alisando mi falda mientras abandonábamos las mazmorras.

— Es el ideal, pero varios han estado por fuera. Mi padre se ha de sentir muy orgulloso cuando se lo diga; él adora esta casa. Dudaba más que todo por mi madre porque, al intercambiarse de Beauxbatons, quedó en Hufflepuff —solté un silbido anonadada.

— Creí que Hogwarts no admitía extranjeros... aunque, lo admito, mi expresión de sorpresa es por imaginar a un Hufflepuff y a un Slytherin juntos.

— Mi madre tiene doble nacionalidad —explicó sencillamente, asomándose por entre las puertas del Gran Comedor— . Y sí, es muy extraño, pero a la familia de mi padre le basta con la lealtad de mi madre y a la de ella le importa un muggle la división entre casas.

— ¿Y cómo es que se conocieron? —pregunté— Digo..., me cuesta imaginarlo —ella rió.

— Bueno, tuvieron mucha rivalidad en un principio. Mi abuela materna dice que mi padre creía que por ser Hufflepuff era presa fácil y mi madre terminó enredándolo —solté una risotada.

— Supongo que tampoco es un crimen tan grande, ¿verdad? —supuse, observando la mesa de los tejones al caminar hacia la de las serpientes.

— No lo creo. No es como un Gryffindor y un Slytherin, al menos —asentí. Y con ésta mención observé rápidamente la mesa de los leones. A lo mejor Potter y Weasley ya se habían integrado a su casa.

De repente, varios de primero a mi lado comenzaron a reírse, mirando a esa mesa. Incluso Greengrass estaba casi llorando.

— ¿Qué sucede? —le pregunté a Selwyn cuando me dispuse a comer.

— ¡Cierto, se l-lo perdió! —recordó, intentando detener su carcajada— Es... es que hay un Longbottom en el colegio y ayer, apenas lo seleccionaron para Gryffindor, salió corriendo hacia su mesa muy emocionado ¡con el sombrero encima! La profesora McGonagall tuvo que llamarlo de vuelta de la mesa.

Nos dedicamos a recoger varios platos de comida que continuaron surgiendo del comedor. Cuando me estiré para tomar el último pastelito de limón que quedaba, Theo, Draco, Crabbe y Goyle se sentaron en el medio y una chica de sexto lo cogió.

— Sus horarios, corran la voz —habló Theodore y pasó pergaminos recortados.

— ¿Corran la voz de los horarios? —preguntó Draco burlonamente.

— Sabes que me refiero a que pasen los horarios —rodó los ojos y me miró— . ¡Sirrah!

— ¡Me quitaron mi pastelito por tu culpa así que yo te quito una salchicha!

— No puede ser... —suspiró Draco con cansancio. Ambos nos giramos— . Tenemos Pociones Dobles con los de Gryffindor.

— Es mejor, Snape los humillará ante nosotros —comentó Goyle y Crabbe chocó el puño con él.

El rubio platinado soltó una pequeña sonrisa y continuó comiendo.

Momentos después cientos de lechuzas entraron a la sala a dejar el correo, parecía como si una nube blanca nos cubriera la vista. Divisé a Ara, quien traía una carta y golosinas para mí. Casi todo Slytherin quedó con las manos llenas.

Sirrah Black Llega A Hogwarts | SBLAH #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora