Un hedor que un cuerpo cercano a mí transmitía me hizo abrir los ojos de golpe y aspirar con fuerza: pésima decisión, me entraron arcadas.
Me giré hacia mi lado, allí se encontraba el desagradable troll gigante. Me puse de pie de golpe, esquivé sus enormes piernas y corrí hasta la puerta que daba al tablero de ajedrez; ni Hermione ni Ron se encontraban ahí. Continúe corriendo para encontrarme con la planta recogida.
¿Cómo paso ahora?
La preocupación me invadió de pies a cabeza. No veía la abertura de la trampilla, no había más que una espesa oscuridad. Además, aún si la encontraba, ¿qué pasaría con Fluffy? Dudo que siguiera durmiendo.
Giré en mi eje para hallar el mismo panorama detrás: nada en lo absoluto. Empecé a sentirme nerviosa.
¿Cómo estará Harry? ¿Qué estará haciendo? ¿Cómo habrán salido Ron y Hermione?
De nuevo el silencio reinaba en el lugar, sólo siendo interrupido por mi entrecortada respiración y mi pulso. Empecé a armar un plan para subir cuando unas fuertes pisadas me hicieron saltar. El troll había despertado.
Miré su cabeza de huevo, estaba muy deforme. Tenía un gran bulto por el lado izquierdo y un rastro de sangre seca en media cara. De repente, se me acercó atontado, haciendo temblar las paredes con cada pesado paso. Dirigió sus colosales manos hacia mí, como si quisiera estrellarme contra el suelo. De inmediato me lancé hacia la derecha, esquivando sus dedos por centímetros.
Saqué mi varita temblorosamente y lo apunté con los primeros hechizos que vinieron a mi mente.
—"¡Everte Statum!" —el troll ni se inmutó. Volví a agitar mi varita— . "¡Incarcerous!" —unas gruesas cuerdas le sujetaron el cuerpo, pero logró liberarse con un "snap" y avanzó hacia mí más colérico que antes.
Me di cuenta de que el troll era anti-hechizos, quizás de todos los tipos. Miré a mi alrededor para buscar una salida, pero si antes no había visto nada, ahora menos. Pensé en saltar para treparme en la planta recogida, pero cada movimiento del troll me tumbaba y tenía que empezar desde cero.
Sentí terror. Estaba atrapada. De pronto se me ocurrió que morir a manos de un troll debía de ser una de las muertes más dolorosas posibles y quise gritar. ¡¿Cómo es que está pasando esto?!
El troll me hizo caer una vez más y se abalanzó sobre mí. Por instinto estiré mis manos para detenerlo y, sorprendentemente, el troll retrocedió aullando de dolor. Miré mis manos atónita, ¡fuego!
Me levanté con dificultad y lo apunté más determinada. Las llamas se volvieron gigantes, compactas, parecía como si quisieran tomar forma de algo. Luego, como si se tratara de un pequeño huracán, lo envolvieron.
Estaba disfrutando como nunca este sentimiento de poder cuando le escuché gritar de agonía. Por entre las llamas vi una piel viscosa tan ampollada que no podía identificar qué parte del cuerpo era; las arcadas volvieron. Sintiéndome culpable, intenté dispersar el fuego y encantar agua. No entendía por qué no salía a través de mi varita y, como antes, parecía incontrolable. Unas olas de unos cuatro metros empezaron a surgir de mis manos y, cuando me di cuenta, estaba inundando el lugar. Para colmo, no surtía ningún efecto sobre el ya desbocado fuego.
Aterrada, retrocedí hasta donde pude e, inútilmente, continué intentando salvar al troll. En tan solo unos segundos dejó de gritar, desplomándose en el suelo, y las llamas y olas, como agua y aceite, llegaron hasta a mí.
Miré hacia arriba, donde estaba la planta recogida.
— ¡Acendio!
Por fortuna, una ráfaga de aire muy compacta me levantó por metros hasta llegar a la trampilla. Una vez allí la abrí y me encontré con una arpa sonando frente al cancerbero. Me apresuré para salir, alguien tenía que salvar a Harry del desastre que yo había causado, pero antes de llegar al corredor del tercer piso, sentí que mi cuerpo dejaba de funcionar. En cuanto caí, no me pude volver a levantar.
![](https://img.wattpad.com/cover/50934652-288-k439424.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sirrah Black Llega A Hogwarts | SBLAH #1
FanfictionLa historia donde dos mundos se cruzan y no pueden desentrelazarse de nuevo, donde la condena a la vida y la condena a la muerte están predestinados, donde dos profecías se encuentran. «Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior, lo que imp...