Capítulo IV: Expreso Hogwarts

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Ya me empezaba a sentir loca mientras miraba el reloj. Sólo dos horas había podido dormir, y eso sin contar las veces en que tan sólo abría los ojos y me despertaba de emoción.

La mañana me encontró en la recámara de Theo. Aunque su padre me había asignado otra habitación, hablé con mi amigo toda la noche hasta que se quedó dormido en su cama. Vaya suerte que en el colchón bien podríamos caber los dos seis veces porque no me quería ir y tampoco podía adoptar una posición cómoda para dormir. Al final, había terminado con algunos libros a mi lado de la cama y unas velas flotando en el aire. La mansión se hallaba en un silencio desesperante.

Ya era primero de septiembre, 6:30 de la mañana. Faltaba poco para partir a Hogwarts y mi padre se hallaba furioso. De lo poco que había entendido mi madre, es que tío Lucius había hablado con él, pero no entendía si eso había logrado algo.

Una tonta (y, sin embargo, muy válida) duda me había estado torturando en las últimas horas. Por más que intentaba alejarla, volvía a mí: ¿Y si no quedo en ninguna casa y me devuelven?

Imposible, ya te admitieron.

Pero... ¿Y si se equivocaron y hago el ridículo enfrente de todo el mundo? ¿Cómo será la prueba? ¿Y si no quedo con Draco ni Theo? ¿Qué pasará si quedo en una casa diferente a Slytherin, tal como el hermano de mi padre, Sirius? ¿Qué tal Raveclaw? Aún peor, ¡Gryffindor! ¡Mi familia me desheredaría! No, no, no...

Me levanté del suelo y cogí un pergamino limpio, tenía que despejarme o mi cabeza estallaría tal y como los vidrios estallaron en la tienda Ollivander's. Sabía que a veces cuando los niños se enojaban cosas extrañas sucedían, pero en mi caso era un poco más... raro. Aún no tengo pruebas y sé que nadie me creería de decirlo en voz alta, pero creo que hay nubes y chimeneas que sienten lo que yo siento.

Cogí mi varita y la examiné por milésima vez: era tan hermosa. Hice que una pluma dejara de flotar y la atraje hacia mí. Mojé su punta en tinta, quizá podía enviarle una carta a Draco.

"Desagradable rubio platinado:

No he podido dormir mucho y no sé en qué quemar el tiempo así que opté por probar esta lechuza.
¿Cómo te encuentras? ¿Has sabido algo de mi padre? ¿Tío Lucius logró convencerlo sobre Hogwarts?
Justo ahora estoy donde el Sr. Nott. Theo también estudiará con nosotros y te recuerdo que comparte mi odio hacia ti.

Te veo en King's Cross.

P.D. Es optativo responder.
P.D.P.D. El PD anterior es mentira. Responde o no respondo. (:

Sirrah,
tu adorada prima.

Leí la carta y, por primera vez en dos semanas, me di cuenta de que no le he puesto nombre a mi lechuza. A este punto ya debía creer que se llamaba "coshita hermosha". Fui por ella y la liberé de la jaula en la recámara, cuidando no despertar a Theo.

Me senté en el alféizar de la ventana mientras le daba caricias.

— ¿Cómo te pondré? —la miré. Tenía sus ojitos cerrados debido a mis roces— . Mi familia siempre ha usado nombres de constelaciones, tal vez pueda hacer eso mismo contigo —pensé durante un tiempo— . ¿Sabes? Una vez iba a adoptar a una gatita y la iba a llamar Mu Arae, como la estrella que tiene cuatro planetas, ya que la felina tenía cuatro manchitas, pero al final me decidí por Gliese, la enana roja... Así que te llamaré Ara, la constelación, ¿te gusta? —la lechuza ululó— . Lo tomaré como un sí —me estiré y abrí la ventana— . Ara, este será tu primer envío. Buena suerte, es para Draco Malfoy, en la Malfoy Manor, claro.

Sirrah Black Llega A Hogwarts | SBLAH #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora