Capítulo 3.

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Capítulo 3.

Hostil.


Mientras se acomodaba un mechón rubio detrás de la oreja, Amber observaba su reflejo en el espejo que estaba a un lado de la puerta de la oficina de Christine. La Inquisidora Verlac estaba dentro para interrogarla. ¿En qué rayos estaba pensando cuando accedí a esto?, se dijo la chica.

La puerta se abrió lentamente y Christine salió. Con la cabeza le señaló el interior del lugar. Se alejó caminando por el pasillo y se escuchó la voz gélida de la Inquisidora:

― Entra.

La chica obedeció. Ahí estaba la mujer, sentada atrás del escritorio de la Directora del Instituto. Su cabello gris tormenta descansaba en sus hombros, y su hábito negro con Runas bordadas, muy parecido al de los Hermanos Silenciosos, hacía que Amber pensara en ella como la figura de La Muerte.

Las cortinas estaban parcialmente corridas y dejaban entrar un poco de luz, pero eso era lo único que proporcionaba algo que no fuera oscuridad.

― Amber Montclaire... un gusto verte más a solas ― dijo la mujer de manera agria ―. Como sabrás, soy Rose Verlac, la Inquisidora. Me dirás Inquisidora Verlac, sí o sí.

Amber giró los ojos ante lo último que dijo.

― Bien, espero que me seas sincera, pequeña, ya que no me he traído la Espada Mortal ― siguió Verlac ―. Siéntate.

― No veo porqué mentirle, Inquisidora. ― murmuró Amber, cuando se sentó en la silla de cuero.

― Tu hermana es una mentirosa, no me sorprendería que tu fueras igual.

― No hable así de mi hermana. ― Amber golpeó el escritorio, molesta. Hasta ese momento, se había dado cuenta que su tono de voz de alzó casi hasta gritar.

Rose sonrió, pero no mostraba nada de alegría.

― ¿Sabías que eso que acabas de hacer es considerado una violación a la ley y puedes ser condenada a algunos días de prisión? ― Sus manos esqueléticas se posaron en la madera del escritorio ― Te perdonaré por el hecho de que apenas estás aprendiendo qué es lo que puedes hacer y qué no.

Amber resopló. Ahora entendía por qué Jem la detestaba de esa manera.

Bueno, en realidad, Jem detestaba a todo mundo y todos lo detestaban.

― Al grano, niña. Comenzaré por las preguntas sencillas: ¿Dónde naciste? ― Los ojos de Rose eran fríos como un hielo y oscuros como el petróleo.

― Nací en San José, California.

― ¿Cómo se llamaban tus padres?

― Tatiana y Peter Montclaire. ― al mencionar a sus padres, un nudo se formó en la garganta de Amber.

― Peter Montclaire... recuerdo que trabajaba para Vailati. Le era muy fiel. Antes de la fiesta que dio Vailati... ¿cuándo fue la última vez que viste a tu hermana?

― La noche anterior a su cumpleaños número 15. ― Amber se percató de que la anciana escribía todo lo que decía en una libreta.

― ¿Sabes por qué esa fue la última vez que la viste?

La voz de la hermana de Amber sonó dentro de su cabeza.

― Ella nos contó que Francesco la había raptado y le dijo que si no cooperaba con todo lo que le ordenara... me mataría.

Sangre Metálica ➳ Shadowhunters #2 (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora