Capítulo 15.

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CAPÍTULO 15.

CORAZÓN MUERTO.

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Atrapadas en un silencio incómodo, Amber tenía unos diez minutos mirando a Tatiana con rabia. Ya no la reconocía, y en verdad sentía que esa cosa no era su madre; era un alma nueva dentro de su cuerpo inmortal.

Alexandra le había enseñado una técnica básica que utilizaban los vampiros llamada compulsión, que utilizaban para obligar a la gente a decir y hacer cosas. Entre vampiros no podía efectuarse, pero como Amber tenía sangre de Ángel, podía efectuársela a casi cualquier criatura. Su hermana tuvo que marcharse, pues había sonado la alarma de que había intrusos en el laboratorio.

― Amber, entiendo que estás enojada conmigo por no decirte eso mientras estaba viva ― susurró Tatiana con la mirada en el suelo.

― Te mataste porque no pudiste soportar que no le dijiste a papá que yo no era suya ― Amber tenía la voz quebrada, y estaba demasiado cansada como para ocultarlo ―. Fuiste egoísta al momento que te abriste las venas, tenías dos niñas esperándote en casa, pero solo pensaste en ti.

Tatiana suspiró, pero no dijo nada.

― Cuando era niña, en las noches me susurrabas que nada era mi culpa, y yo no comprendía, pero ahora lo hago ― siguió Amber ―. Y siempre le tuviste preferencia a ella. ¡Yo no tenía la culpa de que tú eras una golfa y una zorra!

Amber le dio una cachetada tan fuerte que la dejó en el suelo. Su sangre ardía en rabia, y sin poder evitarlo, le dio otras dos cachetadas.

― ¿Me amas?

Tatiana se volvió a sentar, absorta, como si le hubiesen dicho lo más ilógico en la Tierra.

― ¿A qué te refieres?

― Creo que si entiendes la pregunta: ― Amber tomó aire pesadamente ― ¿Aun me amas como tu hija?

La mujer tardó en responder, pero al final dijo:

― No, Amber. Ya no te amo, ni a ti ni a tu hermana. ― desvió la mirada, apenada de la respuesta.

El corazón de Amber dio un vuelco, y la primera lágrima salió, y después otra, y otra, y otra...

― ¿Por qué?

― Porque ustedes me recuerdan que como humana fui débil. ― dijo ―. Que fui infiel a un hombre que me amaba con todo su corazón, y que nunca les pude decir la verdad. Me quisiera arrepentir, pero no lo hago ― añadió, pero no se detuvo ―. Y cuando desperté como vampiro convertida por Francesco, él me dijo que sabía todo lo que hice, así que me encerró, y unos meses después me trajo a Lexie; yo esperaba que ella aun me amara, incluso si yo ya no lo hacía, pero lo único que hizo fue cortarme la garganta para desangrarme... Francesco le dijo todo.

"Ya no te amo", esa frase rebotaba en la cabeza de Amber como una pelota. No lloraba por tristeza, si no por rabia, pues aquella mujer le había dejado un hueco enorme en su vida por mera cobardía; y que no se arrepentía de haberlo hecho.

― Pero, Amber ― y ella seguía hablando ―, perdóname por ya no verte más como mi niña pequeña que algún día... ― Y se silenció.

― No puedo perdonarte ― musitó la chica negando con la cabeza.

― Yo... yo sé cómo pueden romper tu maldición, al menos. No sé si eso pueda ayudar.

Amber ladeó la cabeza con curiosidad. Aún estaba enojada con su madre, pero sabía algo que podía necesitar en caso de que la dichosa maldición la afectara.

Sangre Metálica ➳ Shadowhunters #2 (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora