CAPÍTULO 36 SEGUNDA PARTE

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Caminamos juntos y en silencio hasta llegar al tercer piso del hotel, aguardamos en el ascensor la habitación se hallaba en el doceavo piso.

-¿No le temías a los elevadores?-Pregunto Alec recargandose en el barandal.

Me quede callada unos instantes meditando mi respuesta, era cierto ¿Dondé había quedado mi miedo por los ascensores? recordé los momentos en los que mi vida o la de personas importantes para mi había pendido de un hilo , junto a eso el miedo a algo tan común como un elevador era... tan irreal.

-Supongo que después de lo que ha pasado seguir temiendo a cosas tan triviales me parece patético-Se quedo reflexionando lo que había dicho sus ojos examinaban los míos juzgandome.

-Has cambiado-Declaro

Entonces pensé en su risa, en como no me había entregado a Andrea, su momentánea debilidad después del secuestro de Jane.

-Tu también-Admití con una sonrisa formandose en mis labios, di un paso hacia el sin estar segura de lo que estaba a punto de hacer, tan solo como si mi cuerpo no soportara unos centímetros lejos de el.

-No hagas eso-Advirtió

-¿Qué?-

-Confiar en mi-Solté una carcajada amarga y antes de que Alec pudiera decir más presione mis labios contra los suyos disfrutando de su sorpresa, sus labios se sentían duros y fríos contra los míos suaves y calientes me separe ligeramente de el aún estando lo suficientemente cerca para que el pudiera sentir el aliento de mis palabras-Demasiado tarde para eso Volturi-

Se aparto de mi bruscamente

-Acabare lastimandote-

-En ese caso me he vuelto masoquista-Conteste

-Parece que ya somos dos-Murmuro sobre mi oído antes de continuar donde nos habíamos quedado, las manos de Alec recorrieron mis brazos hasta aferrar mi cintura, mi propia boca descendió hasta su cuello (más especificamente su arteria) me detuvo y roce levemente con mis colmillos permitiendo la sangre correr pose timidamente mi lengua en el lugar de la herida su sabor era amargo pero no en un mal sentido me recordo al chocolate negro tenía un gusto fuerte pero ligeramente dulce a la vez.

El elevador se detuvo y nos separamos antes de que una pequeña niña pelirroja y su madre entraran,

-Piso diez, por favor-Me pidió amablamente la madre de la niña, forcé una sonrisa al tiempo que presionaba el botón que marcaba el numero diez no me atreví a mirar a Alec durante el resto del trayecto como si tan solo una mirada suya pudiera delatar nuestro anterior beso.

-¡¿Dondé te había metido?! -Chillo Emma a Alec en cuanto abrió este la puerta del lujoso cuarto

-Por ahí-Respondió a medias Emma fingiendo no notarlo lo jalo hacia ella observe petrificada como sus labios se juntaban, intente no mirar, de verdad que lo intente pero una ligera vista sobre el hombro no perjudicaría a nadie ¿Cierto? Heche una breve mirada hacia Alec este no daba signos de repudiar el beso de Emma, de hecho parecía disfrutarlo ¡Volturi gilipollas!

-Los dejaría continuar su succión de labios pero tenemos que regresar, mi famillia debe de estar preocupada-Los ojos de Emma me fulminaron y siendo estos de color rojo resultaba atemorizante.

-¿Podría alguien explicarme?-Pregunte de camino a casa en el taxi-¿Como cayeron en la trampa de Andrea?-

-Selena me ataco por detrás, al haber tantos vampiros en el club no sentí su presencia e instintivamente use mi don contra el vampiro que había intentado atacarme, obviamente no sabía que era ella hasta que mi don se reflejo sobre mi mismo y Emma, lo siguiente que supe fue que estábamos en una cueva encadenados-

My Lovely Enemy (Renesmee and Alec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora