CAPITULO 16 SEGUNDA PARTE

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Todos comenzaron a moverse, algunos instalando la película, otros continuaban riñendo por los lugares.

-¿Si no es mucha molestia? alguien podría desatarme? -Pedí a gritos desesperada, con una sonrisa Selena me quitó las ataduras.

-Yo iré por... las palomitas-Dije como excusa aunque nadie me prestó mucha atención, o eso pensaba por que apenas di un paso fuera de la puerta Alec ya me había arrastrado de vuelta.

-¡Dejame ir Alec!-Exclamé furiosa, encarándolo soltó la presión de mi mano pero aún seguía frente a la puerta, estorbando.

-¡Vamos Ness! No tendrás miedo ¿Cierto?-Preguntó tomándome de la mano Selena, antes de que pudiera impedirlo ya estaba siendo arrastrada hacia un sofá, me senté al lado de Sel. Esta me dedicó una mirada que indicaba de que algo estaba tramando.

Y si lo estaba, sonrió antes de cederle su asiento a Alec, la miré con ojos furiosos ¿El problema? Alec se encontraba justo en medio de Rosemary y yo. Y por si la compañía no fuera mala Jane estaba al otro lado mio.

"Ante todo conserva la calma" Me dije cuando pusieron play a la película. Apenas habían pasado unos minutos cuando las escenas cambiaron la trama de la se supone no era muy buena aún así me encontré a mi misma temblando.

-¿Asustada?-Se mofó Alec mirándome divertido.

-¡Ja! Después de estar con los Vulturis una semana creo que nada me podría parecer mas repulsivo o escalofriante-Repliqué, enarco una ceja. Para mi mala suerte justo en ese momento las luces se fueron dejándolo todo completa mente a oscuras.

Personalmente yo no creí en las coincidencias, menos cuando implicaban a los Vulturis.

-¿A-alec?-Tartamudee, subiendo los pies al sillón e intentando no comenzar a gritar.

-Buu-Susurro en mi cuello con su frío aliento, para mi vergüenza pegué un brinco el comienzo a reír.

La luz volvió y no pude evitar soltar un suspiro de alivio. Pero los Vulturis ¿Dónde estaban?

-¡Muy graciosos!-Grité a la nada, intente abrir la puerta obviamente estaba cerrada, la única otra salida era la ventana que daba hacia el bosque.

Este era uno de esos momentos en los que los espectadores gritan ¡No entres ahí! y el protagonista obviamente lo hace. Ignorando mi sentido común salté por la ventana. La distancia no era mucha, caí en cuclillas una vez en el suelo tome una linterna que "casualmente" se encontraba ahí. Lo más probable era que si rodeaba el bosque encontrara una entrada al castillo reuní valor y comencé mi caminata. Rodeaba un arbusto cuando escuche una campanada, la que anunciaba que era medianoche ignoré el escalofrío que recorrió mi espina dorsal y continué caminando, esperaba que no faltara mucho para poder llegar.

Se escuchó una melodía del tipo que siempre tienen los joyeros musicales, me detuve repentinamente inmovilizada debido al miedo. Sabía que eran ellos, me lo repetía una y otra vez pese a eso miedo no se iba.

Una muñeca estaba tirada bajo el árbol, la tome con la mano temblorosa urge en su vestido, había una llave. Retire mi mano que chorreaba sangre... Apunte la linterna hacia la muñeca su vestido empapado con un liquido rojizo. La tire al suelo y comencé a correr verdaderamente desesperada. Lágrimas inundaron mis ojos y comenzaron a caer por mis mejillas. Intente controlarme realmente lo intente, simplemente no podía parar. Unos pasos se escucharon tras de mi.

-¡Esto no es gracioso! ¡Malditos Vulturis!-Solloce, los pasos no se detenían y yo carecía del valor para voltear. Tropecé con un hoyo provocando que mi pie se doblara. Solté un grito de dolor, intenté sacar mi pierna del hoyo, lo único que logre fue que mi rodilla acabara rasgada. Me pare con cada paso que daba me tambaleaba pero no iba a darles el gusto de que me rindiera. Lo había intentado solo para acabar en el suelo de nuevo.

-¡Mierda! No se suponía que llegaran tan lejos-Mascullo Alec, se sorprendió al ver mi aspecto, porbablemente el rimel se encontraba corrido y mi pelo enredado sobre mi cabeza.

-¡Vete de aquí Vulturi!-Dije como pude haciendo un constante esfuerzo por no llorar de dolor.

-Camina, te llevaré de vuelta al castillo-Lo miré encolerizada

-¿Qué? ¿¡Acaso ya se aburrieron de su estúpida bromita?!-Me levanté apoyandome en algunas ramas.

-No se supone que pasara esto-Se defendio Alec cruzandose de brazos a la defensiva.

-¡No hubiera pasado si desde un principio no me hubieras obligado a venir!-Grité mientras intentaba seguirlo por el bosque.

-¡Esto no hubiera pasado si no fueras una cobarde!-Vociferó Alec, el insulto me dolio por que sabía que era cierto. Se instaló un silencio entre nosotros dos que parecia ninguno estaba dispuesto a romper

-¡Camina más rápido!-Al hacerlo sentí una punzada de dolor en el pie y pensé que caería, pero Alec lo impidio entrelazando su brazo con mi cintura.

-Estas lastimada-Murmuró antes de tomarme entre sus brazos.

-No hace falta que me ayudes, puedo caminar perfectamente yo sola-Ante todo estaba el orgullo como siempre.

-No tengo la paciencia como para soportar tu lentitud-Dijo burlón, si pensaba que el dolor cesaria con el tiempo estaba muy equivocada. Cerré mis ojos con fuerza. Llegamos rápidamente aún con los ojos cerrados pude darme cuenta del cambio de luz.

Alec me recosto sobre una cama, finalmente abri los ojos, mi pie estaba hinchado y completamente rojo. Examiné mi pierna completa tenía algunos raspones pero sin duda lo peor era lo rodilla que se encontraba llena de sangre. Aparté la mirada asqueada.

La puerta se abrio, Alec volvia con un bote de alcohol y algunas vendas.

-Me es difícil imaginarme a un Vulturi haciendo algo más que no sea causar dolor-Dije burlona, Alec me dedicó una sonrisa cruel.

-Oh, pero si dolerá y mucho-Sentí mi cara palidecer, estaba furioso ¿La razón? No la sabía.

- Aléjate no quiero tus cuidados-Espeté molesta

-No te estoy preguntando-Fué su fría respuesta. Tomo algodon remojado en alcohol y limpio mi rodilla, cuándo intente moverme me paralizó. No se podía tomar la molestia de acabar con mi dolor pero si de paralizarme. Continuo vendando mi pie, cuándo lo tomo no pude evitar soltar unas lagrimas. Alec ni siquiera se molesto en mirarme.

-Si sabes lo que te conviene, permaneseras en esta habitación-Advirtió antes de cerrar la puerta. No lo entendía Alec se había mostrado frío antes, pero nunca había sido tan cruel. ¿Lo peor? Me dolia ¡Me lastimaba su maldita indiferencia!.


El próximo capítulo será Pov Alec, así ya sabrán por que se mostró tan malo. ¬¬ No me odien!
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Hasta pronto vampiritas italianas:3

My Lovely Enemy (Renesmee and Alec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora