My Lovely Enemy (Renesmee and Alec)

CAPITULO 13 SEGUNDA PARTE

-¡CULLEN!-Gritó Alec

¡Ups!

Estaba siendo consumido por las llamas, que venían desde la fuente hasta llegar a donde Alec se encontraba, el fuego subía lentamente quemando su ropa, intente pararlo pero los gritos que emitía no me ayudaban de mucho a concentrarme

-¡Deja de gritarme!-Pedí desesperada, intentando apagar el fuego, como último recurso corrí hacia la fuente y con la lata heche agua para apagar el pequeño incendio, pero comprobe que el agua no apagaba mi poder.

¡Genial! ¿Qué se supone que hiciera ahora!

-Idiota-Masculló Alec calmado al tiempo que controlaba mi don, las llamas descendieron hasta apagarse.
-¿No pudiste hacer eso desde el principio?-Gemí enfrentando la humillación de su sonrisa burlona.

-Si lo hubiera hecho, no hubiera probado mi punto-Razonó

-¿Y cuál es tu punto?-Indagué aún un poco molesta por sus gritos.

-Que eres una completa inútil-Contesto con voz despectiva.

-No más que tu Vulturi-Repliqué levantando mi mentón en un gesto desafiante. En menos de un instante estube en el suelo con Alec sobre mi, apoyo sus manos a los lados de mis hombros distribuyendo su peso de una forma en que no me aplastara, pero tampoco me permitía escapar.

-Repite eso-Susurró en mi oído amenazante, sentí como mi respiración se entrecortaba -Es miedo lo que hace que tu corazón se acelere o es... Deseo- Acompletó sonriendo ante el escalofrío que pudo sentir emanando de mi cuerpo.

-No te confundas, en realidad me resultas repulsivo-

-Mirame a los ojos y dime que no me deseas Cullen-Sus ojos se posaron sobre mis labios, mientras yo apartaba nerviosa la mirada.

-Me resultas repulsivo, ¿Lo entiendes o te lo repito en tu idioma? ¡Ripugnante!-(repugnante) Grité lo último a centimetros de su rostro.

-Tu mientes-Afirmó seguro de si mismo- Pero tus labios no pueden hacerlo- Sabía perfectamente cuáles eran sus intenciones, también sabía que solo estaba jugando conmigo,que era mi enemigo, entonces ¿Por que no me apartaba? Por que deseas ese beso susurro una voz dentro de mi misma. Toda mi vida había sido la chica buena, la que sacaba dieces en todo, la que nunca llegaba tarde, la que jamás faltaba el respeto a sus padres, ahora solo quería, ¡Mandar todo al diablo!. Lo besé, sus labios tenían un ligero sabor a sangre, sus movimientos eran ágiles, hábiles y peligrosos como él, sabía que un minuto podía posar sus manos alrededor de mi cuello para besarme y en el segundo siguiente para romper mi cuello.... Y no me importó, no me importó estar mirando a los ojos de uno de los vampiros mas peligrosos y poderosos del mundo, no me importó que ocupara el primer lugar respecto a ser frío por que sus besos no lo eran. Sus besos contenían todas las emociones que el no dejaba entrever.

-¿¡A qué demonios estás jugando Cullen!?-Dijo en cuanto se separo de mi, le sonreí mofandome de él. Esa era que ¿la segunda vez que lo oía preguntarme eso?

-No entiendo a que te refieres Vulturi-Contesté poniendo una cara de inocencia totalmente falsa

-¡Lo entiendes muy bien!-Golpeo el suelo en un gesto de impotencia.

-Tal vez, pero si te lo dijera rompería las reglas del juego que yo misma he impuesto- Lo escuché maldecir por lo bajo asi que agregé- Solo recuerda bien esto Vulturi, yo no te obligue a jugar.