-Buenos días -nos saludó Cloe entrando en la cocina con Tommy cogido de su mano-. Adam se ha quedado en el coche, esperando.
-Pues que espere, porque aquí nos queda aún un rato -rió mi abuelo-. ¿Quieres algo de comer?
-Oh, no, gracias. Ya hemos desayunado.
-Las tostadas están buenas -dije ofreciéndole una-. El abuelo insistió en que Daniel tenía que aprender a hacer pan y ahora tenemos como tres hogazas.
-Y otras dos chamuscadas en la basura... -murmuró el padre de Daniel y este lo fulminó con la mirada.
-Tiene que aprender a hacer cosas básicas -dijo mi abuelo mientras untaba una tostada con mermelada de albaricoque antes de dársela a su nieto-. Ya verás, esta semana le enseñare a hacer tarta de verduras.
-Umm que rico -murmuré. Le sonreí a mi tía aun con la tostada en la mano y ella la cogió devolviéndome la sonrisa.
-¿Lucy no viene? -preguntó mi madre.
-No, van a pasar el día con los padres de Lucas, así que han salido temprano -saboreó un trozo de tostada masticando lentamente, con los ojos cerrados-. Vaya Daniel, está realmente buena.
-Gracias -le sonrió orgulloso. Busqué su mano por debajo de la mesa y se la estreché cuando la encontré. El me devolvió el apretón y me sonrió de lado.
-Mi aprendiz de Chef -le sonreí de vuelta.
(***)
Dentro de pocos días sería el cumpleaños de Daniel. Iba a cumplir los diecinueve y estaba muy emocionada porque lo celebraríamos en Houston. Sus abuelos se pusieron tristes, y se lo dejaron bien claro antes de montar en el avión hacia América, pero comprendieron que esto era muy importante para mí y para mi madre, y le dijeron que, aunque estuviesen muy disgustados, lo entendían y que tendría que esperar a la vuelta para recibir su regalo.
Cloe había propuesto ir todos juntos al centro a pasar el día. A hacer compras y luego irnos todos juntos a comer a algún sitio y volver para la cena. Todos estábamos entusiasmados con la idea, sobretodo yo, porque iba a poder comprarle el regalo de cumpleaños a mi novio.
Llevaba ya varios meses pensando qué comprarle y de pronto, días antes, la idea me vino a la cabeza.
-¿Qué es eso? -preguntó Daniel, que me había pillado saliendo de una tienda de electrónica, refiriéndose a la bolsa que tenía en las manos.
-Nada -golpeé su mano que intentaba coger la bolsa de plástico-. Ni se te ocurra acercarte a esta bolsa.
-Es mi regalo, ¿verdad? ¿Es mi regalo? -intentó arrebatarme la bolsa de nuevo y me puse frente a él señalándolo con mi dedo índice.
-Daniel, va en serio, ni se te ocurra acercarte a esta bolsa o te juro que lo devuelvo antes de que puedas usar lo que hay dentro.
-Sí que es mi regalo -sonrió entusiasmado-. ¿Me va a gustar?
-Eso creo, por eso lo he comprado -lo cogí de la mano y entrelazó nuestros dedos-. Y si no te gusta, miente y dime que sí, ¿vale?
-Seguro que me encanta -me besó la mejilla.
Caminamos por la calle mirando los diferentes escaparates. Mis tíos, junto a mi abuelo y Tommy, entraron en un gran centro comercial. Tenían que comprar ropa y material para el nuevo año escolar de Tommy, y mi abuelo simplemente estaba encantado de pasar tiempo junto a su hijo y su nieto.
Nuestros padres por otro lado no tenía ni idea de dónde estaban, pero estaba segura de que estarían bien. Mi madre conocía bien aquellas calles.
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El amor conlleva sacrificio
RomanceSegunda parte de la novela Enamorada de mi hermanastro. © Todos los derechos reservados. Esta totalmente prohibida la copia o adaptación de la historia. En caso de plagio, se tomarán medidas legales de manera inmediata. Obra registrada en Safe Crea...