Capítulo 18: Rodeo

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Tommy no dejaba de chillar y de reír mientras veía el espectáculo; su primer rodeo. Sentí una punzada de melancolía al recordar mi primer rodeo. Mi padre me dio un sombrero suyo y me dijo que algún día cuando fuese mayor, sería tan fuerte y valiente como aquellos chicos y que yo también sería capaz de participar en un rodeo. Mi madre le riñó con ganas diciéndole que no me dijese cosas como aquellas, que al final iba a intentar montar de verdad. Pero nunca lo hice.

Desde los ocho años soñaba con aquello, con llegar a montar como me lo había dicho mi padre. Incluso entrenaba para hacerlo. Mi padre colgó un saco en horizontal del techo del granero. Estaba sujeto por cuatro cuerdas uno en cada extremo. Solíamos ir a escondidas, si mi madre supiese que estábamos haciendo lo que hacíamos le daría un ataque. Me montaba sobre el saco, me agarraba a la cuerda que lo envolvía y entonces mi padre comenzaba a tirar de las cuerdas con fuerza.

Mi primer contacto directo con un toro fue más tarde, hacia los once. Un amigo de mi padre iba a montar, y antes de empezar el rodeo, nos llevó a mi padre y a mí a ver los toros. Eran preciosos y estaba maravillada con ellos, hasta que vi a Tanger . Era un gran toro negro con tres grandes manchas blancas. Me miró directamente a los ojos y supe que nunca tendría el valor suficiente para montarme sobre uno de ellos. Mi padre nunca me vería montando en un rodeo. Nunca sería tan fuerte y valiente como aquellos vaqueros.

-¿Estás bien?

Salí del trance en el que me había metido y miré a Daniel que me miraba preocupado. Asentí levemente y le dediqué una pequeña sonrisa.

-Sí, estaba recordando a mi padre -me hundí de hombros y Daniel no tardó en envolvérmelos con su brazo izquierdo-. Oye, tío, ¿seguro quieres ver esto? ¿No es algo duro para ti?

-Déjalo, es un masoquista -me contestó mi prima-. Le encanta venir a los rodeos para luego deprimirnos a todos escuchando como tuvo que dejarlo.

-Cállate -dijo tapándole la boca con la mano en broma.

-¿Alguien quiere tomar algo? -preguntó Daniel.

-Yo me tomaría una fanta -dijo mi prima.

-Yo quiero unas patatas -dijo Cloe y Tommy chilló que él también quería.

-Está bien -reí-. Traeremos un paquete grande. ¿Tu quieres algo, mamá?

-Una botella de agua fría.

-Vale. Venga vamos -le puse la mano en la espalda a Daniel y ambos nos pusimos en pie.

Justo al otro lado de la puerta de acceso, había un puesto donde un hombre encantador de unos sesenta años vendía comida y víveres, entre otras cosas como camisetas y gorras de recuerdo. Dado que casi toda la gente estaba sentada en sus sitios, no había apenas cola. Pero cuando me acerqué al puesto, Daniel me agarró y comenzó a arrastrarme en dirección opuesta. 

— ¿Qué haces? -pregunté frunciendo el ceño. 

— Vamos al baño. 

— ¿No puede ir solito? Tengo hambre. 

— Yo también -me puso contra la pared y me dio un tremendo beso que me dejó sin aliento. 

— Oh, ya veo que tipo de hambre tienes -sonreí de lado. 

— Vamos al baño, por favor -rogó como un niño pequeño ruega por un helado. 

— No vamos a tener sexo aquí. 

— Lo sé, no te pido eso -dijo acariciando mis brazos desnudos. 

— ¿Y qué es lo que me pides? 

— Te pido que vayamos al baño, empecemos a besarnos y veamos cómo acaba la cosa. 

— Eres un pillín, ¿lo sabes?

— Sí, y tu también lo eres, por mucho que quieras aparentar que no. 

Me cogió de la mano y comenzó a arrastrarme hacia el baño de señoras pero lo detuve. Cogí mi móvil y le mandé un mensaje a Lucy. 

Vamos a tardar, cúbrenos por favor

Noté la vibración del móvil cuando mi prima me contestó, pero no tuve tiempo de responder ya que Daniel, tras asegurarse de que no había nadie, me metió en el baño y me empujó a uno de los cubículos.

— La verdad, está más limpio de lo que creía. 

— Le dejaremos una nota de agradecimiento a los de la limpieza -reí y le di un cortito beso. 

Me acorraló contra la pared, lo cual no le costó mucho ya que estábamos bastante apretujados, y me dio cortos besos desde el cuello hasta la oreja. 

— Que bien hueles -murmuró. 

— Es vainilla. Lucas me regaló un perfume -solté un suspiro cuando metió una mano por debajo de mi camiseta; la piel de Daniel siempre estaba caliente. 

— La primera vez que os vi casi me dio un ataque de celos. 

— No me hubiese importado mucho, nunca te pones celoso -le mordí el labio inferior y gruñó en respuesta. 

— Confío en ti. Me pongo más celoso de lo que crees, pero confío en ti -le solté un par de botones de la camisa para acariciarle el pecho-. Que calor hace -rió. 

— No estás acostumbrado al calor de aquí -reí también. 

— Será eso -me besó a la vez que metía la mano derecha en el bolsillo trasero de mi pantalón. 


(***)


— ¿Estás bien? -preguntó mi madre en cuanto volvimos. Me fijé en que estaban comiendo, Lucy habría ido a comprar. 

— ¿Cómo dices? -le pregunté sentándome en mi sitio. Mi prima me pasó una botella de agua. 

— Lucy nos ha contado que estabas en el baño vomitando -me dijo mi tía-. ¿Has comido algo que te ha sentado mal?

— El pan de Daniel -dijo Lucas y él y Lucy soltaron una carcajada. 

— Lucy no te rías -le riñó su padre. 

— Quién sabe, muy bueno tampoco estaba, igual has hecho que se ponga mala -dijo Rob antes de darle el último bocado a su perrito caliente. 

— ¡Papá! -exclamó Daniel y mi prima y su novio comenzaron a carcajearse. 

Al menos se había portado bien y nos había cubierto. 


Antes de nada, ¡feliz año nuevo! ya sé que todavía no es 1 de enero pero quería felicitaros. 

Espero que el capítulo os haya gustado. He leído muchos pero que MUCHOS comentarios diciendo que querías que hubiese redactado la primera "noche de pasión" de Katnel. Ahora mismo estoy editando un poco EDMH, corrigiendo algunos errores y añadiendo algunas cositas, y el otro día estaba pensando "tal vez deba narrar esa noche" pero sigo teniendo el mismo problema que cuando lo redacté, y es que, no sé escribir relatos eróticos. En el capítulo de hoy lo habréis notado, soy mala pero mala, no sé transmitir sensualidad con palabras. Y es que, tampoco considero que sea necesario narrar esas escenas, es decir, se trata de una historia dramática-romántica, no es erótica, obviamente es una pareja que mantiene relaciones sexuales, todos lo sabemos, pero no creo necesario narrar el "cómo" lo hacen. 

Y eso era todo. A partir de ahora subiré capítulos nuevos los jueves y los martes, exceptuando esta semana que subiré el siguiente el viernes a media mañana-tarde (horario de España)

Os mando un beso enorme y espero que empecéis genial el año nuevo. Muuuaacccc







El amor conlleva sacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora