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COMO TODAS LAS MAÑANAS, Isis estaba haciendo la fila en Starbucks para comprar su café. Isis hizo puntas de pie para ver a cuantas personas tenía adelante suyo, hasta que reconoció a una cabellera castaña llena de rizos, era el joven. Isis sonrió, pero esa sonrisa se borro cuando vio al joven muy pálido y con la nariz roja.
Debe estar muy enfermo, pensó Isis. Claramente el chico de los rizos estaba enfermo.

El chico de los rizos || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora