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Era víspera de navidad e Isis sintió ganas de tomar un café con leche, por lo que no dudó ir a starbucks. La cercanía al local no dejaba dudas, lo tenía literalmente al lado.

Pequeña ventaja, pensó mientras abría la puerta y se refugiaba del frío. Nevaba bastante.

Mientras se puso en la fila que había pensó en el día que Harry tocó su puerta para avisar de los ruidos que se iban a ocasionar, no había portero y por eso accedió. Y de casualidad tocó su puerta del primer piso, bueno, en realidad él después le dijo que tuvo que avisar a casi todo el edificio.

Había unas cinco personas adelante de ella, se detuvo en una. Unos rizos demasiados familiares se veían desde su posición.

Miró bien y definitivamente era Harry. Algo dentro de ella se removió. Siempre pasaba despúes de que no lo veia hace tiempo.

Caminó y se puso detrás de él, a pesar de la diferencia de altura Isis puso sus manos alrededor de los ojos de Harry.
-¿Quién soy? -preguntó tontamente.

-Uhm -dijo él, tocando sus manos en su cara - ¿Mamá?

-No, idiota -rió. Harry volteó y arrojó los brazos a su alrededor. Ambos se reconfortaron con la cercanía del otro, llenos de amor como hacía desde siete meses.

El chico de los rizos || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora