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Isis sentía unas ganas tremendas de vomitar, su estómago estaba revolucionado. Había decidido no asistir a clases, además era lunes y no tenía cosas muy importantes en la escuela, sólo quedaba Harry, pero su malestar le ganaba.

La madre de Isis antes de irse a trabajar le ordenó tomar una pastilla para su malestar y le había dicho que en cuanto se sintiera mejor heche un vistazo hacia la obra de al lado. El nuevo Starsbusck iba bastante avanzado pero no lo suficiente para que tengan agua.

¡Maldito estómago! Sólo comío pescado y pareciera que este nada dentro de ella. ¡Asqueroso!

Se levanta rápidamente, corriendo llega al baño, donde devuelve lo poco que había ingerido en el desayuno en el retrete.
Una vez mejor, alrededor del mediodía Isis con un aspecto demacrado se acercó hacía donde provenía un ruido molesto al que ya se había acostumbrado.

Isis ingresó por la entrada, era lo único que estaba casi terminado. Muchos obreros se encontraban por todas partes, haciendo sus respectivas tareas.

---¡¿Hola?! ---gritó Isis ante el ruido que había.

---Hey ---una señora de pelo castaños y unos preciosos ojos la tomaron del brazo, haciendo sobresaltar a Isis. Ésta llevaba un casco amarillo igual que todos los obreros ---No es seguro que estés aquí, aún el techo no es seguro.

Rápidamente la señora de aspecto joven llevó a Isis afuera.

---¿Necesitas algo?

---Uhm, yo venía a preguntar si necesitaban algo de tomar, como todavía no tienen la conexión de agua ---murmuró Isis.

---Oh Dios ¡Eres tú! ---la mujer abre la boca impresionada ---El jefe de aquí me había dicho que una señora les daba agua, es muy amable.

---Bueno, mi mamá es la que viene siempre, sólo que hoy...

---¡Oh! ¿Te encuentras bien? ---interrumpe, Isis niega ---Se te nota ¿Necesitas algo? Ah, por ciero, soy Anne Cox, dueña de ésta bestia.

Dice señalando la futura cafetería.

---Isis Silver, vecina de la bestia ---sonríe a pesar de los revoltijones de estómago, son tan dolorosos.

La señora Anne se había dado cuenta del mal estado de ésta que la llevó a su casa y con su permiso le hizo un caldo, que pudo calmar el malestar de Isis.
Luego de que Anne se llevara la última botella de agua, le agradeció a Isis y se fue.

Ese caldo había hecho milagro.



PERSONAS BEEEEEEELLAAAAAAAAS!

En multimedia Anne, Harry y Gemma :^

Nos leemos pronto.

🎶No pare no pare... no pare can dreg mi daaaun🎶🎶

El chico de los rizos || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora