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Y un día fue inevitable.

Ella estaba cansada. No disfrutaba sus últimos días por miedo a una estúpida conversación.

Era inmaduro su comportamiento y eso le hizo pensar que Harry también lo pensaba. Entonces decidió dejar sus carreras -como ella las llamaba-.

Entonces, ese jueves a última hora se quedó sentada y espero que él terminara de acomodar la última silla para hablar.
Claramente él notó su intención y todo dentro suyo se removió. Esa chica con los ojos marrones más impresionante que había visto, llamó su atención de manera sorprendente.

No veía la hora de que las cosas se aclararan.







El chico de los rizos || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora