- Solo te pido que confíes en mí, Anna. Ni siquiera es una segunda oportunidad.
Siento la lluvia clavarse en mi piel y doy gracias porque no pueda distinguir cuáles son gotas y cuáles mis lágrimas. Me pesan los párpados por el rímel, la chaqueta de cuero es un peso muerto sobre los hombros.
- No puedo volver a coger dinero de mi casa, Noah - sorbo ruidosamente por la nariz y mi voz se rompe.
- No te pido que ... - sacude la cabeza y todas las gotitas que adornaban su mohicana salen despedidas- No lo entiendes. No es por mí. Es Marco.
- Marco...? - le miro sin entender. Su hermano pequeño apenas tenía quince años.
- Está metido en un lío. Le guardó la maría a un colega....
- Se lo han llevado, verdad - ni siquiera me molesto en preguntarle. Sus ojos marrones me miran suplicantes a través de la lluvia. También está llorando.
- Joder, Anna... - empieza a perder el control de la respiración y cruzo la distancia que nos separa para calmarlo. Paso los brazos por debajo de los suyos y ahogo mis sollozos contra su pecho.
- Te quiero- susurra contra mi cuero cabelludo y me hace llorar todavía más.
- Lo sé- murmuro y cierro fuertemente los ojos por lo que voy a decir- Venderé alguno de los relojes de mi padre. Tiene tantos que no se dará...- me interrumpe pegando sus labios a los míos desesperadamente. Dejo que me alce en brazos y me enrosco alrededor de su cuerpo tibio a pesar de la lluvia, dejo que su boca cálida alivie el principio de hipotermia que sentía por la lluvia.
- Será la última fianza. Te lo juro- se separa lo justo para susurrarme las palabras en la comisura de los labios- Un día tú y yo vamos a estar lejos de todo esto, mi amor. Prometido.
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Agujas
RomanceAnna Mjaanes está a punto de casarse, vive en una casa con los gastos pagados y cree que su pasado jamás volverá a molestarla. Sin embargo, cuando una noche recibe una alarmante llamada para que acuda a casa de la hermana de Noah Verti, vuelve a ver...