Capítulo 9. Nuestra habitación.

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Antes de que todos nosotros abandonáramos la sala Marta nos detuvo, los otros dos jóvenes venían con ella. Uno de ellos era un chico alto y rubio, tenía los ojos azules y la piel clara, la otra era una chica de mediana estatura con el pelo castaño y los ojos oscuros.
-Sara, Cristián, estos son Jack y Karen. Ellos serán vuestros entrenadores personales. Dijo Marta presentándolos.
-Pero; deben tener la misma edad que nosotros. Protestó Cristian.
-No, vosotros tenéis catorce años, ellos tienen quince para cumplir dieciséis. Explicó ella.
-Marta, ¿Por que serán ellos y no tú?. Pregunté yo intrigada.
-La verdad es que yo os debo dedicar el mismo tiempo a todos pero si os pongo unos profesores particulares desarrollaréis antes vuestras capacidades, esa es la razón por la que hago esto. Aclaró Marta sin ningún problema alguno.
-De acuerdo, pero; ¿cuando empezamos?.Pregunté yo.
-Empezaremos en una hora, de momento dejad las maletas en vuestra habitación y os pasaremos a buscar así que estad listos. Dijo Jack.
-De acuerdo, luego nos vemos. Dijo Cristian despidiéndose.
Nosotros no tardamos en abandonar la sala y llegar a nuestra habitación, estaba al fondo del pasillo, y por lo que veo, estaban todas las habitaciones en el mismo pasillo.
Al abrir la puerta de la habitación vimos que esta era muy grande, tenía dos baños dentro y dos camas enormes, al lado de cada una había una mesilla con una lámpara y a los pies de la cama un pequeño baúl.
Cristián y yo entramos eufóricos en la habitación, las paredes eran azules al igual que el techo, esta habitación tenía dos ventanas, situadas en cima de las camas, en uno de los laterales había una mesa doble con dos portátiles y dos pilas de libros y cuadernos.
Ambos guardamos todas nuestras pertenencias y estuvimos hablando un rato hasta que por fin llegaron Jack y Karen, ellos parecían sorprendidos por nuestra extraña reacción, supongo que sería porque ninguno de los dos nos habíamos quejado de compartir habitación, se ve que allí solía pasar muy a menudo el que se quejarán de sus compañeros, parece que nosotros no éramos muy comunes allí aunque; tampoco solíamos serlo en nuestro anterior colegio, allí eramos los más listos y los mejores de la clase con gran diferencia.

Los espadachines místicos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora