Capítulo 26. ¿Cristian?.

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Ella terminó de explicar y se me quedó mirando ¿por que me miraba?, ¿que querría?, por fin me habló, menos mal, ya me estaba empezando a preocupar.
-Sara, tu dormirás con Cristian en la habitación 243, por favor, estate atenta a cualquier ruido y toma, esta es la espada que usaste ¿no?, puedes quedártela, parece que te ha elegido. Anunció ella.
-Gracias Marta y, siento haberme colado en la armería, se que está prohibido pero; era una situación de vida o muerte. Contesté yo.
-No pasa nada, comprendo tu comportamiento pero; la próxima vez, tendrás permiso para ello, estoy segura.

-Eso quiere decir que, ¿me estas dando ese permiso?.

Ella se limitó a asentir pero; fue todo lo que necesité para resolver mi duda.

-Gracias Marta. Susurré sonriente.
-Bueno chicos, por hoy ya hemos terminado la reunión, espero que esto os sirva de hoy en adelante para superar todos vuestros problemas. Dijo Marta.
Todos asintieron y fueron abandonando la sala uno a uno.
-Sara, te espero fuera. Me dijo Cristian saliendo.
-Sara, quiero que mañana me acompañes a la base central de la organización, necesito que alguien me ayude a dar la información y bueno, como tú estabas en el lado contrario luchando y ya tengo grabado el testimonio de los demás, mañana daré el parte. Me dijo ella.
-De acuerdo pero; ¿a que hora saldremos de aquí?. Le pregunté interesada.
-Bueno, saldremos sobre las nueve y media, después de desayunar.
-Vale, creo que me debo marchar ya, Cristian me está esperando.
-Espera un momento Sara, ¿que tal con Hiro?.
-Muy bien, hemos ido a la torre de Tokyo, a comer algo y luego hemos paseado por la ciudad.
-Ya veo, me alegro de que te lo hayas pasado tan bien.
-Si, ha sido de lo más amable conmigo, espero que algún día pueda volver a pasar un rato con él.
-Me alegro, mañana hablamos.
-Adiós.
Salí por la puerta y me encontré con Cristian, me estaba esperando, es adorable, parecía que aún estaba preocupado, ¿que podría hacer para que se olvidara un poco?.
-Hola Sara. Me dijo él saludando.
-Hola. Le respondí.
-¿Subimos ya?.
-Si, buena idea.
Mientras comenzamos a andar él volvió a empezar una conversación.
-¿Donde has estado?. Me preguntó de nuevo.
-He estado con Hiro dando una vuelta por Tokyo. Contesté yo.
-Comprendo.
-Bueno y, ¿que habéis hecho vosotros?.
-Nada, solo hemos hablado un poco y hemos comido algo, poca cosa.
-Ya veo.
Entramos en el ascensor solos y pronto estuvimos en nuestra habitación y tras cerrar la puerta, antes de sentarme Cristian vino corriendo hacia mi y me abrazó.
-¿Que te pasa Cristian?. Le pregunté yo.
Él no contestó a mi pregunta pero; tan poco me soltó.
-¿Que te pasa?. Volví a preguntar.
Pero; este siguió sin contestar. Nos quedamos abrazados durante un par de minutos, su piel era tan cálida, sentía que no quería apartarme de él pero; también estaba un tanto preocupada por su extraño comportamiento, esto no era muy normal en él, la verdad.

Los espadachines místicos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora