Arrogante, es eso lo que siento y quiero ser cada segundo de mis días.
En ocasiones te jodes la vida y por hay derecho la de los demás y al final del daño no te importa, no sientes lastima en lo absoluto.
Estoy sentadota en una sala de esperas y no me siento nada bien, hay mucha gente y mi arrogancia me hace no querer ni determinarlos, no quiero asimilar que existen,
A mi lado quedan las dos ultimas sillas vacías y estoy rogando a Dios que nadie las mire, que nadie se me haga al lado, porque si no estallaré.
Mi mente y mis impulsos pueden ser tan inesperados que desearía no ser así en ocasiones.
Pero hoy, en estos momentos, no me importa cuan hiriente y antipática puedo ser.