Capítulo 3: Johnson y Gilinsky.

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Diana's P.O.V:

El viaje fue más corto de lo que esperaba, de hecho no duró más de dos horas. De hecho, ir de Orlando a Los Ángeles es como un viaje en línea recta, ¿no? Ay, Dianita. Menos mal que naciste aquí, porque sino te daban la ciudadanía junto con el título de "experta en Matemáticas".

Como sea, Soe y yo bajamos del avión con ella sintiéndose como un perro regañado, y yo me puse las gafas de sol esperando lucir cool... Y como siempre, me tropecé al salir del avión. Creo que hasta allí llego la depresión de Soe, porque soltó una carcajada tan gigante que los Jacks pudieron haberla oído desde el otro lado del aeropuerto.

- ¡Caíste como mierda de pájaro!- decía, en medio de las carcajadas.

- Oye, que comparación tan educada, Diana Sofía Quijano Blanco- dije, tratando de levantarme.

- Tu sabes bien que yo soy así, Diana Elena Marín Gómez- respondió, ayudándome a levantarme.

Apenas pude levantarme, le escribí a Jack un mensaje directo por Twitter.

Diana:
Jack, ya llegamos!

Me giré hacia Soe y la encontré sonriendo mientras miraba su teléfono.

- Sofía, dime por favor que no le estás mensajeando a ese culicagado porque si no los mato a ambos.

Soe rodó los ojos y me mostró su teléfono.

- Si con ese culicagado te refieres a Samuel, pues sí, matanos a ambos.

Mierda, era su hermano con otro de sus malos chistes... Yo tenía ganas de matar a Mauricio.

Soe camino hacia la banda del equipaje y se sentó en el borde. Yo, en cambio, cometí el error de sentarme en la banda. De un momento a otro una sirena empezó a sonar y yo me sobresalté. Mi amiga se levantó y me dio la espalda, y cuando menos me di cuenta, comencé a dar un paseo en la banda del equipaje.

- ¡SOE!- grité con todas mis fuerzas para que me ayudará... Pero la muy estúpida comenzó a grabar un vídeo para Vine y casi deja que me vaya a mi muerte. Benditos sean los vídeos de 6 segundos.

- ¡Casi me dejas morir!- le reproché.

-Do it for the vine- me dijo sonriente mientras espichaba mi nariz.

De un momento a otro la chica comenzó a correr hacia el otro lado de la banda y recogió ambas maletas de un tirón.

- Aún no entiendo como haces eso- le dije mientras revisaba la etiqueta de mi maleta.

- Lo hago para que una niña pelirroja venga y me diga "Hey, tú, la de la fuerza bruta"- se rió para si misma y yo la vi entrecerrando los ojos.

- No me vengas con "Juego de Gemelas", Sofía -le dije, pero se hizo la sorda-. Escucha, vamos a poner reglas.

- Como quieras- dijo, mirándome desinteresada.

- Regla #1: el mío es Johnson, el tuyo es Gilinsky- empecé.

- Esa regla está ahí desde que nos conocimos, Diana -dijo-. Además, sí, claro, déjame al que tiene novia.

- Regla #2: No haremos nada que pueda dejar en ridículo a la otra frente a los chicos.

- No lo prometo- dijo, señalando su teléfono.

- Y la Regla #3: Nada de mensajes con Mauricio- dije y le quité su celular.

- ¡DIANA ELENA MARÍN GOMEZ, ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!- dijo, cuando abrí su chat por Whatsapp.

- Enviarle una nota de voz -iba a gritarme cuando el celular emitió el sonido de que había empezado a grabar- ¡Hola, Mauricio! Soy Diana, la amiga de Sofía. Sí, te mando este mensaje para advertirte que tengo mis contactos, y si le llegas a arruinar el viaje a Soe, te prometo que te cortaré en pedacitos y te venderé como carne molida como en Delicatessen. ¡DEJAR EN VISTO A UNA PERSONA ES DE MALA EDUCACIÓN! Así que, mejor ni siquiera le envíes mensajes. Si tienes algo que decirle, puedes decírselo en persona, y no te la quedarás mirando como un pendejo cuando te responda. Así que chau, idiota. Diana Marín fuera, ¡paz!- dije y terminé la nota de voz, y no le devolví el teléfono a Soe hasta que Mauricio ya hubiera escuchado la nota de voz.

- No se si odiarte o amarte- dijo, de brazos cruzados, sin poder creer lo que acababa de hacer.

- Mejor aliméntame, muero de hambre- dije, con una sonrisa irónica.

Salimos de la sala del equipaje y fuimos directo a chequearnos. Cuando llegamos al frente, vimos un cartel que leía: "Sofía Quijano y Diana Marín (TheKoalaTeam)".

- ¡Soe! ¡Diana!- empezaron a gritar ante la multitud de pasajeros que salían.

Tomé el brazo de Soe y salí con ella.

- ¡Jacks!- comenzamos a gritar para encontrarlos.

Soe miraba para todos lados, al igual que yo. Hasta que Sofía señaló.

- ¡Allá!- dijo y volteé para encontrarme a un chico rubio buscando algo.

Jack volteó al mismo tiempo que nosotras.

- ¡Jack! ¡Ahí están!- dijo, señalándonos.

Entonces, nuestras caras cambiaron completamente. Fuimos corriendo a abrazarlos y cabe resaltar que Jack Johnson acababa de cargarme.

- ¿Cómo están? ¡Dios, no puedo creer que estemos conociéndolas!- dijo Jack Gilinsky, sonriéndole a Sofía.

- Bien, y de hecho somos nosotras las que no podemos creerlo- dijo Soe, sonriéndole devuelta. Se quedaron mirándose un rato.

Hay amor en el aire...

- ¡Hola! Soy Diana- dije, tratando de hacer que dejaran de mirarse como retrasados.

- Ah, hola -dijo Gilinsky, un poco incómodo-. Perdón, es que creí que Jack te recibiría.

Miré a Jack Johnson, que se encontraba igual de incómodo que yo por el comportamiento que mantenían mi amiga y su amigo.

- Hola, Diana. Soy Jack, pero creo que ya me conoces- dijo él, presentándose.

- Ustedes también nos conocen, ¿qué tal si nos saltamos las formalidades?- propuse, causando que sonriera.

- Me parece perfecto- dijo y me sonrojé.

Diana Marín, ¿qué clase de metida de pata es esa? No puedes sonrojarte cuando él te diga algo, luces como una niña. Y Diana Marín dejó de ser una niña cuando conoció a Sofía Quijano...

Por muchas razones que prefiero no mencionar.






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