Es difícil de creerte.

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No puedo creer lo que esta haciendo Andres francamente no me conoce.

-¿Entonces que dices?

-¿Crees que en un día se hace magia?

-¿A que te refieres?

-¿Pensaste que diciéndole a todo el mundo que te gusto haría que yo cambiaran mi opinión? ¿No estas viendo como todos se burlan?

-Me agarro el brazo acercándose a mi oído: -Deja de atormentarte por lo que digan los demás, lo importante es estar juntos.

-Suéltame Andres ya esto no tiene caso.

-Victoria escúchame ¿Que puedo hacer por ti?

-Alejarte es lo mejor le digo tratándome de irme.

Hay una parte de mi que se siente feliz por lo que está pasando, pero en el fondo me siento tan confundida y triste.

-Así me distancie de ti, mi amor no cambiara.

Busque a mis amigos, quería irme, pasaba por los pasillos y las personas se reían ¿Acaso esta mal que un chico guapo se enamore de mi de la chica gorda? Se supone que la escuela es el lugar más seguro de un niño pero por años este ha sido un infierno diario.

-¿Quien diría que la gorda estaría enamorada?

-No empieces a Alexandra.

-Ya no tienes a nadie que te salve.

-¿Que haces Alexandra? me jalo el cabello tan fuerte llegando a tirarme contra el piso mi peso y mi fuerza débil evitaron levantarme para defenderme comenzó a pegarme como una piñata trata de llorar para que no siguiera haciéndolo.

-Espero que te quede claro.

Fui directo al baño a esconderme hasta que todos se fueran, lloraba como nunca lo he hecho, saque de mi bolso un par de dulces y comía mientras me lamentaba por ser como soy (una gorda.)

Victoria...

-Escucho unos gritos fuertes de lejos, estaba algo asustada.

-¿Donde estas?

-¿Andres que haces aqui? dejame sola.

Me abrazo tan fuerte y con su dedo quitaba mis lagrimas.

-Vamonos.

Estábamos tomados de las manos, mi cara de vergüenza y mis ojos irritado podía decir cualquier cosa. Ya no había nadie así que entramos a su carro, durante el camino no hablamos  seguía llorando, estaba desarreglada, despeinada.

-Ya llegamos.

-Estamos en mi casa, gracias por traerme.

-De nada, quiero hablar contigo.

-Claro.

Me llevo a mi habitación calentó la ducha y espero que me diera un calmado baño, incluso coloco una pijama para ponérmela no se cuanto dure en el baño pero tenia seguro de que el se había ido.

Salí y lo veo a el durmiendo se veía tan lindo, decidí tocarlo y que se levantara para que se fuera a casa.

-Por fin sales pensé que te quedarías en el baño toda tu vida.

-Deberías de irte, gracias por todo.

-Ya fui a mi casa y le dije a mi mama que me quedaría con un amigo.

-No tienes porque hacerlo.

-¿Estoy preocupado por ti okey? y me duele que las cosas hayan salido tan mal que tengas ese ojo morado solo porque dije que me gustabas.

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