Y más juegos. Y las luces fosforescentes. Y ella que no dejaba de bailar. Joder ¿Cuántos tragos se había tomado? Que importaba, Emma estaba a su lado y no dejaría que nada malo le pasara. Y la música. Genial, estupenda, maravillosa. Buen ritmo. Y que buenos hombres… sí, podrían mojar hasta a la más santa. Medio desnudos bailaban sobre los tubos de acero, sobre las tribunas circulares. Cada uno sobre la suya. Una fiesta de chicas con hombres deseables. Que pasada. Pero no, podía jurarse que nadie era mejor que Tom en aquella despedida de solteras. Y un mesero pasó por su lado, cogió una copa más de Vodka, se la tomó entera. Y la música que sonaba cada vez más fuerte. Basta, deja de tomar como si no supieras que tan mal te pones. Pero en vez de eso, tomó una más. Y otra. ¿Y Emma? ¿Dónde coño se había metido? De pronto ya no estaba a su lado, en vez de ella había una mujer que le doblaba la edad bailando con un stripper.
- ¿Emma? – dijo aclarándose la vista. Se sobó los ojos. Mal momento para que las bebidas se le subieran a la cabeza. La buscó entre la gente. ¿Podrían encender las luces por un momento? De pronto ya no reconocía a nadie. – mierda, mierda, mierda…no, Emma… no te puedes a ver perdido… - dijo para ella misma. Fue en ese momento, donde uno de los apetecibles hombres que se encontraban esa noche, jaló a _________________ del brazo.
Ella se volteó, agitada y confundida. Ni siquiera podía verlo bien. La pegó a su cuerpo.
- No tienes que pagar por esto, guapa, lo haría gratis… - le susurró, al pegar sus labios a su oído. Alrededor, todas las mujeres que habían asistido a la despedida de solteras hicieron varios ruidos molestos, animándola.
- Suéltame. – le pidió ella, empujándolo.
- ¿Por qué? ¿no te gusta?
- Tengo novio. – se excusó, y logró soltarse de él. Caminó desesperada entre todas las mujeres de la fiesta, buscando a Emma. ¿Por qué desaparecía justo ahora? Quería irse. Irse cuanto antes. Por atrás, sintió unas manos que la volvían a coger del brazo.
- ¿Y eso es problema? – le volvió a repetir el hombre de hace unos minutos. – nadie tiene por que enterarse…
- Que me sueltes. – le dijo ella, bruscamente.
- ¿Me dices tu nombre? Yo soy Max…
- Déjame en paz.
- Hey, esto no tiene que ser así. - le acarició el mentón suavemente con sus gruesos dedos. __________________ se movió rápidamente. – esto puede quedar entre nosotros, ¿sabes?... – volvió a acercársele. ______________ cerró los ojos, joder, todo esto se le hacía interminable. No tenía las fuerzas suficientes como para quitarse de encima a ese idiota. Así que palpó su celular, que estaba en el bolsillo trasero de su pantalón, lo sacó.
- ¿Por qué no se lo dices a él? – remarcó el número de Tom, el primero de su lista de contactos.
- Como tú quieras. – a Max no pareció darle problema en lo absoluto. Esperó paciente a que _______________ terminara de contactarse con su novio o lo que sea que este fuese. ¿Qué de malo podría pasar? Él tenía un físico increíble, se defendería de todos modos.
“Contesta, vamos…” pero nadie lo hacía. Nadie, hasta el tercer intento.
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Kendall observó la foto de __________________ en la pantalla del celular. Se lo pensó muy bien…tendría la primera oportunidad para hablar con ella.
- ¿Aló? – contestó.
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A _____________ se le erizó la piel al escuchar la misma voz de aquella mujer que había visto en su pesadilla. Esa, que hacía el amor con Tom. La sangre se le enfrío y un espasmo recorrió su cuerpo. Se aclaró la garganta y fingió sentirse normal ante el asunto.
- ¿Está Tom ahí? – le preguntó. Max apareció por detrás, con el cuerpo descubierto. Colocó su mentón sobre el hombro de __________________, escuchando la llamada completa.
- Vaya, vaya… tu queridísimo novio está con otra en este mismo instante… - susurró Max.
______________ se colocó el celular en el otro oído.
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- No está aquí ahora. – contestó Kendall. Y agudizó el oído. Había música. Gente gritando. La voz de un hombre muy cerca a __________________. ¿Esa era la novia espectacular de la que Tom le hablaba? ¿Y si lo estaba engañando? ¿Y si lo había engañado todo este tiempo? Que ciego, joder. No sabía que tipo de minita era la tal _______________.
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- ¿Dónde está? – preguntó _________________. Y esta vez no fingiría los celos. - ¿se puede saber quién eres tú?
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- No te interesa. – le contestó con rencor. Y tal vez, en su cabeza, pensó que Tom le agradecería algún día todo lo que haría esa noche por él. Se la estaba jugando. Se la jugaría, todo por él. - ¿quieres saber donde está Tom ahora, cariño? Se ha dormido… y está justo a mi lado.
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Max soltó una risa. Lo había escuchado todo.
- ¿Qué… - logró pronunciar ella. Totalmente acabada. Totalmente mal. El mundo se le había caído por pedacitos diminutos y sin final. El corazón había dejado de funcionarle, simplemente él había logrado hacer que su mundo se callera, se rompiera, se esfumara. Tom. Tom… Tom… ¿por qué? ¿Qué has hecho? Y quería llorar, pero ni siquiera para eso tenía fuerzas.
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- Eso, cielo. Se a dormido justo a mi lado, pero cuando se levante después de lo mal que lo he dejado, le diré que te de una llamada.
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- ¡Él y tú se pueden ir a la mierda! – gritó desesperada. Deseaba gritar con todas sus fuerzas en ese momento. Gritarle a él lo mal que se sentía. Lo mucho que deseaba odiarlo ahora mismo. Colgó la llamada. Frustrada. Acabada. Cansada de lo mismo. Cansada de él. Cansada de tener que soportar más y más errores. Y no lloró. No lo hizo. Pero por dentro sentía que no podía más. Que ni siquiera tenía las fuerzas para respirar. Estaba quebrada. Quebrada por todo. Por él. Por ella. Por la historia que habían creado juntos y ahora… ahora simplemente acababa de terminar…
Max le enseñó una copa llena de tragos increíbles.
- Esta… - la puso en sus manos. – es por el hijo de puta que acaba de engañarte. - _____________ apretó la copa en sus manos. Por ti Tom, por que eres la persona más repugnante del mundo. Porque me enamoré de ti y ahora no sé como demonios olvidarte. Porque quiero odiarte, hoy, mañana… siempre… y tomó aquella copa. Entera y sin dejar ninguna gota. Lo siguiente que vio fue a Max. Bailaba con ella, o algo así. Y alguien, un hombre la miraba desde el segundo piso de la discoteca, desde el pequeño balcón. Sonreía. Todo estaba saliendo mejor de lo que imaginaba. Y más luces. Y ella bailando sobre las tribunas. ¿Y Emma? Que importaba. Esa noche era suya. Y luego… no vio nada más… ¿Dónde estaba? Había perdido la noción por completo. Y todo, gracias a esa copa de alcohol, saborizantes y varias gotas de GHB (droga alucinógena).
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Secuestrada | Secretos | Sedúceme | 3 Temporadas | Tom Kaulitz ✔️
Teen FictionCuando a Tom Kaulitz, uno de los criminales más buscados en todo Estados Unidos, le convocan para el secuestro de cinco chicas millonarias en Las Vegas, no duda ni un segundo en aceptar la oferta. Lo que no pensó...fue enamorarse de una de ellas. Ad...