Solo lo quiero a él

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Capitulo 26: Solo lo quiero a él.

YARA

Al abrir mis ojos, y me encontré con los de Axel. De un gris verdoso que solo lograba hacerme sonreír. Ahora yo controlaba el cuerpo de Male, y podía hacer lo que quisiera con él.

- ¿Cómo estas hermosa?- dijo Axel dándome un beso en la mejilla.

- Mucho mejor contigo.- le sonreí, él me imito.

- ¿Y cómo lo llevas?- me preguntó mientras empezábamos a caminar.

- Bien, Male ya se queja de todo, pero bueno.- dije encogiéndome de hombros, él rió.

- Te acostumbraras.- dijo poniendo su brazo sobre mi hombros.

- Tan poco tiempo y ya es imposible estar sin ti.- dije sujetándolo por la cintura.

- "Yara, no te pases".-

escuche que se quejaba Malena, la ignore.

- El sentimiento es mutuo.- me dijo Axel haciendo que me sonrojara.

- Entonces no habrá problemas con que nos divirtamos un poco.- le sugerí.

- "Yara".- repitió Malena.

- Creo que no.- agarré su mano que rodeaba mis hombros.

- Así que crees que Malena pueda aceptar estar con Nicolas.- entramos en el bosque.

- Te digo un secreto.- me dijo al oído.

- ¿Qué cosa?

- No me importa lo que ellos digan.- y supe que era verdad al casi escuchar a Nicolas quejarse dentro de él, gritaba tanto que juro que podría escucharlo.

Y entonces, aprovechando que nos habíamos internado suficiente en el bosque como para que nadie nos viera. Axel me beso, llevando el brazo que me rodeaba a mi nuca y el otro sujetando mi cintura. Mis manos se mesclaban entre su castaño pelo, intentando atraerlo más a mí. En mi interior escuchaba a Malena gritar que me detuviera, pero no me importaba. Solo sentía las caricias de Axel por toda mi cintura, haciendo que mi respiración se entrecortara. Lo amaba tanto que incluso odiaba ser una loba y no poder tomar yo la decisión. Sentía cada caricia como una descarga eléctrica que me pedía más, pero a diferencia de Male, yo le hacía caso. Mis pies empezaron a arrastrarlo contra un árbol, reteniéndolo con mi cuerpo. Pero él quería tomar el control, por lo que me apoyo a mí contra el árbol. Escuchaba su corazón acelerado al ritmo con el mío, nos separamos solo un segundo para respirar. Volviendo a encontrarme con esos ojos grises, antes de que él me volviera a besar.

Era la sensación más única y maravillosa que existía,

nada nos importaba, solo estar más cerca del otro. Su mano sujeto mi pierna colocándola al lado de su cadera, uniendo así nuestras intimidades. No sé cómo pero él árbol dejo de ser mi soporte haciendo que cayéramos, y Axel en el último momento nos dio la vuelta, cayendo él de espaldas a la yerba. Él estaba sentado, sujetándose con una mano, yo estaba sentada en su regazo. Y su

otra mano acariciando mi cintura, haciendo que mi cuerpo vibrara por las emociones. Mis manos se deslizaron por su torso, y él me apoyo en el pasto, poniéndose arriba mío y sosteniendo su peso con los brazos. Él empezó a besarme el cuello, haciendo que soltara un pequeño gemido.

- "¡Por dios Yara, detente!"-

escuche que me grito Malena, pero no iba a hacerle caso, ahora yo mandaba.

No es tu vita, es mi animaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora