Love me, Love you

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Una vez que entro en razón, y me doy cuenta que estoy llorando como una desquiciada, en el hombro de un pibe que recién conozco, me suelto. Además de que seguramente tiene novia, y obviamente va a utilizar esto en mi contra...

*Deja de joder, y abrazalo, sabemos muy bien que lo necesitas, y mucho.*

Sí , pero, aunque me sienta segura. Tengo que volver a la realidad...

*Si eso es lo que piensas...*

Sí, eso creo...

-Perdón Julián, te mojé toda la camisa-digo sonándome la nariz.

-No pasa nada Ori, ¿Necesitas mi ayuda?

-Solo creo que me serviría si tuvieras una guillotina. Y un permiso para matar.

-¿Eh?

-¿Lo dije en voz alta?

-Emmm... Sí.

-Bueeeeno, es la verdad...
¿Sabés dónde es que puedo encontrar un lugar para comprar una estaca, o un afilador?

-Emm, creo que no. ¿Por? Creo que me estas asustando...

-no te preocupes, no te voy a apuñalar a vos... Sino que la necesito. ¿Dónde hay una carpintería?

-La más cercana te rompen el orto por una simple madera, no te la aconsejo.

-Lloro...

-me tengo que ir a clase, ¿Segura que no querés que me quede con vos? No hay problema, podemos faltar al tercer período.

-Nono, andá a clase. Yo me voy a salta el resto del día.

-Entonces yo también, no voy a dejarte sola...

-Supongo que gracias, Julián.

-Decime Juli, por favor.

-Okay... Juli jaja.

-Jaja.

Salimos del colegio y decidimos caminar un poco. No tenía ganas de hablar y Julián se ve que se dio cuenta, por suerte.
Me encaminé al café que está al lado del depto, ahí sin dudas, había el mejor café.

Entramos al local, y no veía ni a Mario, ni a Juan. Tal vez ya terminaron sus turnos.

En lugar de Mario, había una chica. Te tes morena y mediana. Lindo cuerpo. Estaba violando a Julián con la mirada, sinceramente no le di importancia, entiendo que tenga un cuerpo tallado por dioses, pero no es nada mío.

-Hola, bienvenidos a Piezas del Cubo, ¿En qué puedo ayudarlos?

-Sí... Hola, yo quiero un late. ¿Vos?

-Igual.

-Entonces sería, 20.

Estoy a punto de pagar, pero Julia... Digo Juli, me gana.

-Vamos, te invité yo. Es lo mínimo que puedo hacer.

-Olvídate, yo invito.

-Solo por esta vez.

-Claaro.