Love me, Love you

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Una vez ya llegada a esta "sagrada institución" le pago al taxista y entro al campus.
Es realmente hermoso, es un edificio grande y se ve que no es tan nuevo. Al final del patio, hay una especie de bosque, en la cual no se ve muy bien dónde es que termina este.
Entro al gran edifico buscando una oficina u algo, no encuentro nada; es más me perdí. Sigo unos carteles que dicen oficina central. Camino y camino, esto parece un laberinto; esperen, ¡Hice una rima! Jajajaja.
*Nena, déjate de decir pelotudeces.*
Hola Mile, yo también te quiero.
*Eu Ori, te aconsejo que dejes de caminar sin mirar, te vas a chocar con alguien*

Y justamente pasó lo que mi conciencia predijo, me choqué con... AZUL.

-¡Azul! JODEME QUE SOS VOS.

-¿Ori? Ay dios, lo que desee este momento. Justo te iba a mandar un whatsapp para saber cuando llegabas.

-No puedo creer verte, en persona, acá, yo, vos, nosotras ¡AAAA! No lo creo- digo obviamente con efusividad y haciendo gestos con las manos y la cara.

-Jajajaj, yo tampoco. Vamos, adivino; estás perdida.

-Sep, así que te agradecería si me enseñas dónde es que queda la oficina del... ¿Cómo lo llaman al jefe?

-¿Jefe? Ori, ¿Qué flasheas? Jajaja. Contestando a tu pregunta, acá lo llamamos decano. Es un hombre medio duro, pero muy dedicado al trabajo. Una persona admirable.
N/A Para los que no saben, flashear es imaginar, o/u  inventar.

-Hmm, no dudo que sea mano dura, teniendo en cuenta que dirige este lugar.

-Sí... Vamos. Te ayudo con una valija (maleta).

Como ya saben, no tenía muchas valijas.

Me estuvo haciendo como una especie de tour. Me mostró lugares de ensayo, salones, y me contó como son algunos maestros y materias; pero, lo más importante, cómo va el tema de amores. Además de que ahora tengo al Villalobos babeando por ella.

-Bueno Ori, acá te dejo. Mira hagamos algo, dejo tus valijas en la secretaria, es aquella puerta de la izquierda- me dijo enseñándomela- y en media hora maso, vuelvo para buscarte y te instalamos en tu habitación. De paso, ahora salgo y compro un chip de una semana para tu celular, así más tarde compramos el fijo, ¿Dale?

-Dale Azu, gracias.

-¡A! Casi me olvido, las habitaciones son para 4 y en el mío, nos sobra una cama; si queres le decís al decano.

-Me encantaría, te hablo después. Chau.

-Chau, suerte; y no te pongas nerviosa.

Veo como ella se va con mis valijas y yo entro al cuarto, obviamente tocando la puerta antes, y veo a un hombre; no más de 43 años seguro, sentado del otro lado del gran escritorio.

-Permiso.

-Hola, buenas tardes. Usted, debe ser Sabatini, Oriana, ¿Verdad?

-Emm, sí; soy yo, señor Mathews.

-Bueno, será un placer tenerla en esta universidad.

Así hablamos aproximadamente unos 45 minutos. No fue necesario avisarle sobre la propuesta de Azu, ya que él mismo, sabía que yo la conocía, por lo que decidió que me quedase allí.

Cuando salgo, veo a Azul, con una bolsa en la mano -supongo que es el chip-, y con el celular, haciendo quién sabe qué.

Cuando estoy a punto de hablarle me encuentro con una cara muy conocida. Era Julián.