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Era hermoso, pero esto no conlleva que me haya quitado el sueño. Así que guardé la carta y me fui a dormir, otra vez.

-Hola, ¿Otra vez vos?

-Sí... Jajajja quería verte, quiero saber qué sentiste con esa carta.

-¿Me la enviaste vos?

-Sí. Espero que te haya gustado, pero no me contestaste la pregunta.

-No sé.

-¿Cómo que no sabes? ¿Qué no sabes?

-Es que al leer esa carta sentí muchas cosas. Fue una mezcla de sentimientos y sensaciones. Era increíblemente raro.

-¿Quiere decir que tengo oportunidades con vos?

-¿Eh? ¿Oportunidades? ¿De qué hablás?

-Lo que escuchas.

-Supongo que sí. Pero, sólo te veo en mis sueños; en realidad, ni siquiera puedo ver tu cara. ¿Cómo es posible si quiera tengamos la oportunidad de conocernos?

-Nadie dijo nada de no conocernos. Aunque no lo creas, nos conocemos. No muy bien. Además, de que ninguna de las palabras que dije en ese pedazo de papel puede si quiera decir ni un cuarto de lo que sentí cuando te conocí.

-En otra persona podría pensar que es un psicópata o un obsesionado; pero, con vos es... Diferente. Perdí el miedo.

-¿Miedo? No es necesario que me tengas temor. Nunca te haría daño.

-¿Alguna vez lo hiciste? ¿Alguna vez me hiciste daño?

-Creo que ya es tiempo de despertar.

-No me contestaste.

-Repito, deberías irte. Al menos así, voy a poder verte en persona. Y vos también.

-No pienso irme hasta que me contestes.

-Lamento decirte, que no es decisión tuya.

-Eso quiere decir... Que me hiciste daño- digo ya con miedo devuelta. Me estoy desesperando, auxilio.

-Sólo te digo que puedo ser una horrible persona, pero nunca te haría daño.

Love me, Love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora