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-En serio, no quería hacerlo, no sé qué me pasó.

-Tranqui...- no me dejó terminar.

-No, por favor, déjame terminar. Quiero decirte... Lo siento, yo no sabía que hacía, no sabía que decía, no sé que me pasó. Sólo me acuerdo que... Que... Alguien, alguien apareció y no sé. Tengo recuerdos muy borrosos.

-Hey, tranquilo. Tienes que descansar. Estás demasiado exaltado, estás como... EM.. En un pedo. Tienes que recostarte, luego hablaremos.- le digo tranquilamente, como si estuviese hablando a un bebé tratando de dormir.

-Gracias, perdón.

-Tranquilo, está todo bien.

-Sólo te quiero pedir una cosa.

-Sh... Duerme.

-Por favor, escúchame.- me ruega con ojal tristes.

-¿Qué?- preguntó curiosa, mirándolo con una cara tierna.

-No me olvides, por favor.- dijo como si fuese una despedida.

-Juli, no digas eso. No te olvidaré.- le contestó mientras le acaricio la mejilla y con mi tacto cerró los ojos.

Es probable que no entiendas. Así que vamos con la explicación.

Si bien sabemos, Julián tenía una contusión cerebral, por lo que la operación salió bien, pero un efecto fue la pérdida de memoria. No sé sabe desde qué edad recuerda. O qué edad piensa que tiene.
Por lo que me dijeron del hospital, al perecer me recordaba. No sabía cómo reaccionar, él me estaba tratando como antes, o mejor. Pero había momentos en los que se ponía muy tenso al verme, me evitaba, luego me pedía perdón.
Según el doctor, esto era común por todos lo síntomas que estaba causando el cerebro luego de un golpe muy fuerte.

Julián estuvo en coma durante tres semanas. Tuvo mucha suerte. Por lo general, luego de la contusión, una persona tiene el riesgo de morir o perder la memoria. Temporalmente o para siempre. Pero eso se podía definir luego de unas semanas fuera del hospital.

Sólo estoy rogando que no le suceda nada.

Love me, Love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora