Mentiras y malentendidos - Parte dos

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Como no quería buscar mucho, pregunté y una empleada me dijo que Esteban estaba en la biblioteca de la casa. Parece que le gusta leer. Pero eso no importa, me sonrojo de solo pensar en lo que pasó hoy. No solo me acostó en su cama cuando me quede dormida, sino que se metió conmigo en ropa interior.

Entré en la biblioteca y era mas grande de lo que imaginaba. Vi a Esteban muy tranquilo apoyado en un ventanal leyendo un libro. A pesar de que sabia lo que quería preguntar no sabia como, o mas bien no me animaba. Lo quedé mirando y él me dijo

- ¿Qué te trae aquí? - No me miraba pero tenia una sonrisa muy coqueta en su rostro. Como si se estuviera burlando de mi.

- ¿Acaso no es obvio? Quiero que me expliques lo que paso.

- No hay nada que explicar - dijo él cerrando su libro.

- ¿Cómo que no? ¡Te acostaste conmigo sin ropa! - Dije y mi cara parecía prenderse fuego del calor que me invadió. Él comenzó a reírse mucho. - ¿Qué es lo gracioso?

- Si vieras lo tierna que eres cuando te pones así de roja y te enojas... No creí que fueras tan inocente.

- No tiene que ver con la inocencia... ¿Porque lo hiciste? - No sabia que decirle. Él habrá tenido muchas novias en su vida. Para él dormir conmigo habrá sido la cosa mas tonta del mundo.

- Francamente, no me pude resistir. Te quedaste dormida sentada y después caíste arriba mio. Te acosté y te tapé. Te veías tan dulce.

- ¿Y eso te dió derecho de acostarte conmigo sin mi permiso y sin... ropa?

- ¿O sea que si te pido permiso no habría problema? - Dijo el sinvergüenza y comenzó a reír.

- Veo que la edad no es signo de madures - me di la vuelta y me dirigí a la salida.

- Ey Aby... No te enojes, si tanto te molesto, me disculpo. Pero tenes que ser mas considerada. No te caigas encima de un hombre dormida y menos cuando estés en su cama. Solo te abracé, para cualquier hombre eso es un gran esfuerzo... - No quería mirarlo - Solo bromeo ¿Sigues muy enojada?

- No, no estoy enojada Esteban. Solo algo molesta y muy avergonzada, sobretodo por lo que habrá pensado Julian.

- ¿Te importa lo que él piense? Deja que piense como quiera. Además a ti en que te afecta, ¿Acaso te gusta?

- ¿Si me llegara a gustar cuál es el problema? - Su rostro se puso muy serio - ¿Ahora tu te enojaste?

- Yo no me enojo por una cosa tan tonta.

- ¿No? ¿Y porque tu cara es de molesto?

- Sabes que Aby, no importa.

Él se fue molesto. No quiero estar peleada con él. Quizá si, solo fue una tontería lo que paso y estoy exagerando. Decidí seguirlo y casi que lo corría porque caminaba muy rápido. Ya estando en el jardín de la casa le pedí que se detenga. Él paró y antes de que llegue a su lado dijo

- ¿Porque me sigues?

- No quiero que estés enojado conmigo.


- Aby ya te dije que no estoy enojado.

- ¡Es obvio que si! No lo niegues. Desde que te dije lo de Julian cambiaste de actitud casi como si estuvieras celoso.

MISTERIO EN LAS PROFUNDIDADESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora