"Yo la vi..."

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- No... Ayuda.- Intentaba gritar.

- Nadie va a ayudarte Aby. Ellos no pueden escucharte. A partir de hoy estas sola. ¡Oh! La vida es tan injusta. Tu cabello huele mejor que el mio. Lo lindo es que ya no es tan largo como entes. ¿Me extrañaste amiga?

Ella siguió hablando, pero no pude escucharla. Solo escuchaba esa horrible canción que sonaba y cada vez menos, el sonido parecía alejarse.

Me voy a desmayar. Tengo que hacer algo.

Dejé de intentar sacar su brazo de mi cuello y mis manos se movían por todos lados buscando algo para golpearla. La desesperación cada vez era mayor.

Encontré algo y no tengo idea de lo que era, pero con toda la fuerza que me quedaba la golpeé en la cabeza y ella pareció desmayarse por el golpe. Por alguna razón mis oídos estaban tapados y no escuchaba sonido alguno. Salí del auto y comencé a correr hacia la casa. Cuando estaba llegando vi a Martín. Corrí y lo abracé.

- ¡¡¡Teresa está en el auto!!! ¡Está en el auto! - Quise decir pero no escuchaba bien mi voz.

Martín me agarró la cara y me decía algo con cara de preocupado pero no podía escucharlo. Volví a repetir lo que dije unas tres veces mas. Él me puso contra un muro y me hizo señas de que espere.

Él se acercó al auto, lo abrió y se metió. Me Asusté, Teresa podía tener un arma. Corrí hacia el auto y Martín muy tranquilo salio de el.

- ¡Teresa está adentro!- Dije pero él negó con la cabeza.

Eso era imposible.
Quise revisar el auto, pero él no me dejó y me llevó a la casa.
No lo imaginé, estaba ahí.
Ella intentó matarme. ¿Cómo pudo desaparecer así? No había forma de irse tan rápido.

****

Me senté en un sillón y mis manos todavía temblaban. Mis oídos se fueron destapando. Martín me llevó un vaso con agua para que me calme, pero eso era imposible. Teresa ya sabe donde estoy y también sabe que Gisela está conmigo.

- ¿Aby estas bien? - escuchaba con dificultad que me preguntaba Martín.

No pude contestarle. Pero en ese momento me di cuenta que esa loca también podría intentar lastimar a Gisela. Tiré el vaso y corrí a su habitación. Choque con varias personas y al llegar a su habitación no la vi.

- ¡¡¡Gisela!!! - Grité muy fuerte.

- Aby, Aquí estoy - dijo su vocesita detrás de mi.

Volteé y la abracé tan fuerte que parecía que la iba a romper. Comencé a llorar y ella solo me abrazaba.

- ¿Qué sucede?

- Que te quiero mucho hermanita. Me moriría si algo te pasa.

- ¿Te hizo mucho daño?

La solté y preocupada pregunté - ¿La viste?

Ella guardo silencio y miro hacia abajo.

- ¡Gise! Acabo de verla... Necesito que contestes.

- Si. Ella está...

MISTERIO EN LAS PROFUNDIDADESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora