Auto rojo

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Desperté me encontraba en un auto. Tenía mi vestido puesto y en frente mio estaba Leonardo mirándome. Por lo visto estamos en su limusina.

- ¿Acaso tu me pusiste el vestido? - pregunté abriendo los ojos muy grandes.

Él con su común cara de desprecio contestó - Agg... Si, y fue un sacrificio tener que tocarte. Pero no podía permitir que te encuentren conmigo y que no lleves puesto tu vestido. Cuando llegue tengo que desinfectar mis manos por tocar a gente pobre. Además, ¿Cómo te da la cara para preguntarme eso, cuando tu me quitaste toda la ropa?

- Eee... Yo... Es que... Tu fiebre. Quiero decir...

- Mejor no hables mas... Ya me canse de escuchar tu voz. Es tan horrible como tu rostro.

- Ayer no dijiste lo mismo. Según recuerdo me dijiste que me odiabas por ser hermosa.

- ¡Yo no diría algo tan incoherente! Solo un ciego te consideraría hermosa.... - Se sentó a mi lado y miró muy de cerca - Te conviene que no digas ni una sola palabra de lo que paso anoche pobretona.

Me alejé y miré para otro lado.

- ¿Y porqué lo contaría?

- Para presumir que dormiste conmigo. Los pobres siempre quieren sacar ventaja de algo. Seguramente ahora vas a decir que esperas un hijo mio para sacarme dinero.

- ¿¡Sabes que!? ¡Quiero que me bajen acá! Lo que resta del camino me voy caminando. ¡No te soporto!

- El chofer no va a parar hasta llegar a la entrada de la casa. Primero voy a bajar yo y media hora después bajas tu, pobretona.

- ¡¡¡No!!! ¡Me quiero bajar ahora! No soy tu empleada para seguir tus órdenes idiota.

- Que poca educación recibe la gente sin dinero. Da vergüenza.

No iba a parar el auto, así que solo miré la ventana y esperé a que lleguemos. Hay algo que da vueltas en mi cabeza y me tiene muy nerviosa. Fue lo que soñé.... Que sueño mas extraño. Como todos útilmente. Pero este se sentía muy real. Hoy sin falta tengo que ir a verlo

*****

Llegamos y bajé del auto ni bien paró. No me importaba si Leonardo se enojaba. Primero iba a ver a Gisela y después a avisarle a Martín que me encontraba bien, así no se preocupa. Iba a tomar una muy rápida ducha y quería correr para ir a verlo.

Al entrar vi de lejos a Esteban y éste se acercaba preguntando donde había estado. Le dije que mas tarde le explicaba porque tenía mucha prisa. Corrí a la habitación de Gisela pero al llegar escuché que estaba hablando, y no soy chusma, pero escuché cierto nombre que me preocupó.

- ...Teresa sabes que me tiene súper vigilada... ¡Que no! ¡No puedo! Ella se va pero no me dice a donde... ¿Mañana? No, no puedo. Tendría que ser hoy.

- ¿Con quién hablabas? - dije al abrir su puerta.

- ¡Aby! Yo...- dijo Gisela mientras se le caía el celular de la mano.

- Te escucho. ¿Con quién hablabas Gisela? - ella no me contestó - ¿Sabes? Por un momento llegué a creer que de verdad me querías y me veías como tu hermana. Pero si no quieres estar conmigo no te obligo Gise... Lo único que quería era que seas feliz. Pero veo que siendo mi hermanita no lo eres.

- ¡Aby Espera! Estás confundiendo las cosas...

- Puedes irte con ella cuando quieras... Después de todo ella si es tu hermana. - Salí de la habitación, corrí a la mía y cerré la puerta.

- Aby... Ábreme. No quiero ir con ella... Tu no entendes.

Abrí fuerte la puerta y muy enojada dije - ¿Que no entiendo? ¡Entonces explicame! ¡Te escucho!

- Yo... Es que no puedo.

- Basta, por favor Gise... Estoy harta de que todo el mundo me oculte cosas. Solo quiero que confíes en mi. Yo te quiero Gise. Ya te lo dije... Eres como mi hermanita.

- Aby... - Ella comenzó a llorar - Justamente porque te quiero hago esto. - Dijo ella y se encerró en su habitación.

Ya no se en quien confiar. Todos me ocultan cosas. Decidí no dar mas vueltas al asunto y buscar a Martín.

Pregunté a las mucamas y ninguna lo vio. Para mi mala suerte me tuve que cruzar con esos dos engreídos.

- ¡Hola! Ayer desapareciste. ¿Donde estabas? Quería tomar un café contigo. ¿Aby te llamabas, no? - dijo Sofia.

- Abigail es mi nombre. Solo mis amigos me llaman Aby. Perdón pero estoy buscando a alguien.

- ¿A quién? Quizá te pueda ayudar.

- No creo... ¿Conocen a Martín? Es un chico que vive aquí también.

- ¿Ese chico lindo que preguntó toda la noche donde estabas? - dijo Sofia.

- Seguramente debe ser él. ¿Sabes dónde está?

- Creo que se fue a...- dijo Leonardo pero Sofia lo interrumpió.

- Dijo que lo esperes en el auto rojo que esta afuera .

- ¿Auto rojo? - Preguntó Leonardo...

- ¡Si leo! ¿No te acuerdas? Bueno Aby...

- Abigail.

- Como sea. ¿Porqué no vas a esperarlo ahí?.

No quise seguir escuchando a esa irritante mujer y fui a buscar a mi amigo.

Salí de la casa pero no podía ver ningún auto rojo. Camine un poco y a lo lejos conseguí verlo. Entré en el y esperé unos segundos. De la nada la musica comenzó a sonar muy fuerte y una voz me dijo al oído.

- No vas a volver a robarmelo, "amiga".

Inmediatamente supe de quien se trataba, pero desde el asiento trasero comenzó a ahogarme con su brazo. Grité, pero la música estaba tan fuerte que nadie podía escucharme.

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MISTERIO EN LAS PROFUNDIDADESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora