Se corazón se agitaba como un loco. Intentaba calmar su respiración, pero lo era imposible. Elia estaba aterrorizada, levantó la vista con cuidado, como si algo malo pasara en cuanto suba sus ojos. El castillo se veía inmenso y ella se sentía diminuta. Apretó su agarre sobre la mano de Jacques y lo miró por un segundo con los ojos llenos de temor e inseguridad. Él le regalo una sonrisa tranquilizante y con un brillo de esperanza en sus ojos. Elia creyó que podría vivir de sus sonrisas, pero aun así no pudo evitar sentir miedo. Volvió su mirada hacia al castillo, mientras intentaba ignorar las miradas de las personas del pueblo. Comenzó a retroceder. Escarcha comenzó a aparecer en sus manos.
-Jacques, no creo que esto sea...
-Elia, tenemos que hacer esto-comenzó a decir Jacques con una mirada de súplica.-No soporto que esto siga pasando, y sé que tú tampoco, podemos acabar con esto. Esto no puedo seguir pasando...-se quedó mirándola a los ojos, como si con la mirada le dijera mas de mil palabras. Susurró-No soportaría que algo malo te pasara.
Elia intentó buscar en su mirada algún rastro de mentira pero no encontró nada. Pura sinceridad. Eso era lo único que se podían reflejar en aquellos bellos y hermosos ojos marrones. Sintió una sensación extraña en su pecho; el miedo comenzó a surgir dentro de ella, dándole imágenes donde Jacques pagaría por sus siguientes movimientos. Quería parar con esto, ¡por supuesto que quería! Pero no podía dejar que Jacques pagara el precio.
—Yo tampoco lo soportaría—murmuró con ojos al borde de las lágrimas. Negó con la cabeza.—Y por eso es que no quiero que hagamos esto. No ahora. No estoy lista.
Jacques la miró confundido, había cierto brillo de decepción en sus ojos. Sabía que Elia era fuerte, la vida que le tocó la hizo así, pero tal vez le estaba pidiendo demasiado. Hasta el más fuerte siente miedo. Pensó en que tenía cosas que hacer, pues le habían advertido de que la hora de la guerra se acercaba. Sería mañana. Y tendría que dejar a Elia, no para siempre, pero sí por un rato. Sonrió débilmente y admiró la belleza de su doncella.
—Si así lo quieres, Elia, no te obligaré a nada... a menos que estés lista.
Le brillaron los ojos.
—Gracias...—sonrió Elia para luego mirar para muchos lados—Creo que es mejor que me vaya.
—Iré contigo.
—No, ¿que pasa si alguien...?
—Elia, hay muchísimas personas viéndote en este mismo momento, nos vieron llegar juntos, y nos verán irnos juntos. Así no levantaremos sospecha alguna. Y si alguien pregunta le mentiré, o inventaré una buena excusa, haré todo para que nadie sepa de ti y no te dañen.
Volvieron a adentrarse en el bosque, con cuidado y de manera lenta, como si quisieran pasar el mayor rato posible juntos. Jacques le explicó a Elia la situación del reino y que al día siguiente tendría que ir al campo de guerra. Esto preocupó a la chica hasta el punto en el que ella misma pensó que podría congelarse en eso mismísimo lugar.
—Volveré—le aseguró sonriente. —Tengo razones por las cuales ir y volver.
—Me gustaría que no fueras—comentó con la voz quebrada—¿Y si te pierdo? ¿y si no te vuelvo a ver nunca?
—Nunca me atrevería de dejarte sola, Elia, eres mi mayor razón para volver aquí—dijo mientras tomaba su mano y depositaba un pequeño beso en esta, causando que las mejillas de la joven se tornaran de un lindo color rojo.
Rojo como la sangre, la cual estaba siendo derramada en un campo de batalla. En un ataque sorpresa.
Elia sintió su corazón encogerse como nunca antes en su vida. Jacques le hacía pensar que, tal vez, habría un futuro, no, en un destino en el cual confiar.
—Yo nunca te dejaría ir, Jacques, eres la única razón que me queda —murmuró para luego abrazar al chico.
Jacques se sorprendió ante este movimiento, pero solo fueron unos segundos antes de que él también la abrazara. Un poco de escarcha apareció a sus pies pero no le dieron importancia, ya que solo era los sentimientos de Elia dejándose llevar por eso que muchas personas definían como libertad o, en algunos casos, amor. Se quedaron así un largo rato, desearon que fuese así para siempre, pero las cosas siempre tendrán un final. Siempre.
Jacques accedió a quedarse un rato más junto con Elia. Amaba quedarse con ella, como si fuera algo prohibido para él pero, al mismo tiempo, algo que debía de suceder. Se dio cuenta de cómo esa chica, llamada bruja, monstruo, y demonio, se había vuelto todo su mundo en tan poquísimo tiempo.
Elia se sentía completa, junto a él no sentía nada más ni nada menos que paz. Era como si... la sola presencia de Jacque le dijera en un leve y sincero susurro: no tengas miedo. Y solo eso le bastaba para creer que nada malo iría a pasar. El hielo es su interior se quedaba ahí dentro pero con él salía y se dejaba llevar como las hojas se dejan llevar por la brisa del viento.
Cuando Jacques se fue, las nubes llegaron con ganas de traer malas noticias, la lluvia siempre traía malos augurios. Hermosa pero peligrosa. Así se veía. Así se sentía cuando sus gotas te tocaban. Y Elia lo sabía. Suspiró mirando a la luna, quien estaba a punto de ocultarse tras las nubes junto con sus amigas las estrellas. Se sintió débil en medio del bosque, sola, con la oscuridad coomo única compañía. Se dio la vuelta y comenzó a caminar dejando un pequeño camino de hermosa escarcha su paso.
No tengas miedo.
No tengas miedo.
No tengas miedo, Elia.
Jacques volvió al castillo, cuando llegó obtuvo un pequeño interrogatorio de parte de algunos guardias. Les mintió diciendo que solo quería aclarar su mente y pensar. Obviamente, le tomaron la palabra a su majestad real.Les había dicho la misma mentira desde el día en que conoció a Elia. No le importaba mentir. Haría todo por la seguridad de Elia.
La tormenta pasó dándole paso al sol y con el las malas noticias llegaron. El enemigo se acercaba y el gran príncipe ya se había puesto su armadura. Estaba listo para ir, y estaba todavía más que listo para volver.
Después de todo, tenía una razón esperándolo en medio del bosque... ¿o no?
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Lamento muchísimos la tardanza, pero mañana me tengo que levantar temprano e ir a la casa de mi abuela y ahí podré escribir un poco en mis otras historias y actualizar. El viernes debo ensayar para la obra de mi escuela, ¡no es fácil ser una azafata semi robot del futuro, no señor!
Esta algo corto, pero espero que les haya gustado. Tuve que borrar MUCHO porque me acordé algunas cosas que no podían ir. ¿Se dieron cuenta que es como tener dos historias en una? LOL
Mañana intentaré actualizar lo que pueda, o escribir lo que pueda. Lo prometo.
¡LAS AMO, LAS AMO, LAS AMO, LAS AMOOOOO!
—FLAN.
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Diario de una Reina |Jelsa|
FanfictionSupongo que nadie sabe lo que le depara el destino. Jamás sabemos qué es lo que nos tiene preparado el mañana. ¿Te imaginas pasar de ser una simple estudiante a futura reina? Yo no, pero que mas da.