Norte y yo llegamos a un lugar que no sabría como descubrir a la perfección, era una especie de casa o mansión enorme. Baje con Olaf en mis brazos ya dormido. No entendía por qué me habían traído a este lugar, probablemente por alguna cosa de la coronación o la fiesta. En la entrada estaban mi hermana y mi amiga, pero habían señales de mi prima por ningún lado.
–¡Elsa, llegaste!–dijo Anna corriendo hacia mí sonriente–¡Aleluya!
–Anna, una princesa no debe correr–le regaño Norte moviendo el dedo de un lado a otro.
–Habló el hombre que de emborrachó y besó a un pescado–respondió mi hermana con los brazos en la cintura, imitó la posee de Norte–Un rey no debe besar pescados, eso es inaceptable.
–Hola, Olaf–dijo Mérida acariciando al gato–nos haz cambiado nada, ¿sabes? Todavía recuerdo cuando eras solo un lindo y tierno bebé.
Norte abrió los ojos, sorprendido. Era entendible, no muchos escuchaban las palabras "tierno" y "lindo" viniendo de la boca de la pelirroja. Rapunzel salió del lugar y vino caminado con mucha elegancia hacia nosotros.
–Muy bien, ¿entramos?–preguntó haciendo un ademán con la mano de que pasemos. Me le quedé mirando.–Elsa, ¿sucede algo?
–No, solo que... esto es raro, ¿qué hacemos aquí?
–¿Les digo? –preguntó la rubia mirando a Norte.
–Sí, diles.
–¿Y si escapan?
–Rapunzel...
–Solo juego, tranquilo–nos miró a nosotras con un raro brillo en los ojos–¡Vamos por vestidos?
–¿¡Qué!? –exageró Mérida abriendo los ojos como platos–No, no, no y no.
Anna y yo nos reímos.
–Me niego, ni en sueños, ¡te equivocaste de número, Corona! Ni loca me verás en un vestido de niña... ¡Y menos uno rosado!
"Otra cosa que se debía saber sobre Mérida, es que habla demasiado. Esta bien, no tuvo un vestido rosa como ella... pensó que le harían ponerse, es más, su vestido era lindo."
Antes de entrar, Norte me llamó para hablar con él de nuevo. Dejé a Olaf en el suelo para que cinco segundos después se fuera detrás de Anna, sonreí. Mi expresión cambió cuando vi la cara seria de mi abuelo.
–Elsa, escucha, Jack me dijo que quisiste leer el libro.
Los pelos se me pusieron de punta. Mis ojos se abrieron el doble, algo me decía que me había metido en serios problemas.
–No debes leer eso, Elsa, todavía no puedes–dijo para suspirar–hay cosas en ese libro que no debes saber.
Me sentí ofendida, primero mis padres me ocultan su herencia, ¿y ahora esto? No, no me parece justo.
–¿Cómo qué, Norte? –pregunté mirándole directamente a los ojos–quiero saber, ¡tengo derecho a saber, mierda!
–¡Elsa, no me alces la voz!
–¡La reina aquí seré yo, no tu!–exclamé exasperada–Mis padres me ocultaban cosas, mi familia también, ¿¡por qué no puedo saber!?
–¡ELSA, ES SUFICIENTE!–me gritó Norte–Solo por qué seras la reina no te da derecho a hablarle de esa forma a la gente. Querida, si te dejo leer ese libro es por qué todavía no estás lista para saber algunas cosas, además, quiero protegerte.
Me quedé petrificada.
–¿Protegerme de qué?
–¡Elsa!
Me giré sobre mis talones, mirando a mi prima venir hacia nosotros.
–Norte, ¿te importa si te la robo? es que ella es a quien más necesitamos ahí adentro, ya sabes, es un desastre total esta chica.
–¡Hey!
–Con todo el amor del mundo–dijo la rubia guiñandome un ojo.
Norte se rió y asintió, dándole permiso a Punzie de tirar de mí brazo hacia adentro de ese lugar raro. Punzie se la paso dándonos vestidos de diferentes colores, todos hermosos, pero ningún era dl indicado. Anna se decidió rápidamente, ella siempre había sido buena con eso de la moda. Mientras que Mérida y yo... somos un bendito asco con respecto a todo aquello que deba ser o referirse a la ropa. Al final con ayuda pudimos decidirnos por unos hermosos vestidos.
Días más tarde...
Mañana era el gran baile, me sentía nerviosa. Estaba en mi habitación tratando de pensar en algún discurso o algo para decir ante toda la realeza, Aster me dijo que debía decir algunas palabras y que debían dejar a todos con la boca abierta. Me senté en mi escritorio tratando de pensar en qué podría decir, pero mi cabeza estaba bloqueada por completo. Anna se la paso diciendo que tal vez solo deba relajarme y dejar ir algunas sentimientos. Pero esto ya me estaba volviendo loca, no tenía tiempo para sentimientos. Luego de un par de horas sin nada, suspiré, sabiendo que no conseguiría nada dentro de estas paredes. Salí afuera donde un lindo amanecer me recibió con el sol ya despidiéndose del cielo. Me senté en el mismo banco que el de hace unas noches, tomé mi el diario que ne dio mi padre. Revisé las páginas, tratando de encontrar algo que me sirviera.
–Vamos, vamos..., debe haber algo que pueda ayudarme...
Dejé el libro al lado y cerré los ojos, pensé en mi padre y en mi madre, ¿ellos habrán dicho algo?. Abrí los ojos al sentir un ruido a mi lado, miré a mi lado buscando la causa de eso ruido, mi libro se había caído la suelo. Ahora estaba a unos metros de mi, cerca de donde se encontraba esa ridícula copa de hielo, me levanté y agarré mi libro.
Miré la copa un par de segundos, sentí unngran peso en mi pecho y algo dentro de mí queriendo que fuese hacia esa cosa. La copa comenzó a brillar según yo me acercaba más y más. Sentí algo de miedo pero al mismo tiempo no lo podía evitar, estiré mi mano teniendo mi libro en el pecho con mi otra mano, mis pies no oaraban de moverse y mi corazón no se detenía ni por ningún momento. Toqué la copa con la punta de mi mano y esta brilló como nunca antes, mis ojos se abrieron y todo a mí alrededor se volvió blanco.
"Sentí frío, mucho frío, no sabía por qué, yo... Me sentía tan... diferente. Sentía que si el frío se hubiera vuelto parte de mi.
–Elsa. "
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Hola mis bellas, lamento si el cap no les gusto pero fue lo único que se me ocurrió. Espero que les guste :)¿como estan? ¿bien? Cuentenme, nos tomamos unos mates con unas tortitas o unas facturas, ¿dale? Dale.
ATENCIÓN: El sábado 8 no podré subir el día 9 ya que es mí cumpleaños y me harán la tirada justo a la hora que yo actualizo Si supieras mi nombre. Bueno, eso, no me maten amores :3
LAS AMI AMI AMO AMOOOOOOOOO
–FLAN (así es, bitches, Flan is back)
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Diario de una Reina |Jelsa|
FanfictionSupongo que nadie sabe lo que le depara el destino. Jamás sabemos qué es lo que nos tiene preparado el mañana. ¿Te imaginas pasar de ser una simple estudiante a futura reina? Yo no, pero que mas da.