Capítulo 20: Besos inadvertidos.

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"Han pasado días desde aquello... todavía me resulta difícil... creerlo. Anna me ha preguntado por qué actúo de esa manera... y la única respuesta que se me ocurre es que estoy cansada... no me gusta mentirle a mi hermana. Las respuestas se me acaban pero el tiempo parecía infinito a la hora de querer joderme la vida. Me siento mal al mentirles de ese modo pero no me quedan muchas opciones... o ese me dice Jack.

Jack...

Gracias a todo esto de los poderes he pasado más tiempo con él. Debo levantarme temprano e ir al bosque con él a practicar el manejo de mis poderes. Cada vez que parece que estoy por conseguirlo fallo y enojo conmigo misma. Jack simplemente se ríe y me dice que intenta hacerlo de nuevo. No entiendo por qué se porta tan amable conmigo algunas veces y otras, simplemente, es un idiota. Me he quedado hasta tarde pensando en cuándo o si podremos volver a nuestras vidas de antes. Pero... también... que sin mis padres... no hay vida de antes. Habría una nueva, con una diferencia, con una falta. No sabría decir si es la presencia de mis padres y el simple echo de que extraño cada cosa de ellos. A veces, cuando estoy con mis poderes, pienso en ellos. Estoy segura de que mi padre sabía de esto y saber por qué me lo ocultó era lo que más me angustiaba. Norte dice que es porque ha querido protegerme pero yo siento que fue por algo más. ¿Cuántas razones se necesitan para esconderle un gran secreto como ese a su hija?. Muchas, al parecer."

-¡Vamos, Elsa, sé que tú puedes!

Traté de hacer ruidos sordos a lo que Jack me pedía que hiciera y a sus constantes gritos de aliento, los cuales, no tenían mucho efecto en mi. Él me había pedido algo tan simple que enojé conmigo misma al no poder hacerlo: crear una pared de hielo. Estábamos en el bosque y el frío comenzó a darse a presentar en Arendelle. Norte dijo que es a causa de mis poderes, al parecer, son muy fuertes. Eso me asustó.

Suspiré, agotada, derrotada. La luna era testigo de mis acciones y algo me dice que la decepcionaba a gran escala. Me senté en el suelo y respiré hondo. Jack se sentó a mi lado y apoyo su mano en mi hombro.

-Tranquila, ya lo conseguirás-me sonrió. -Solo debes dejarte llevar.

-He estado intentando hacer eso, y no puedo.

El bosque se ve hermoso de noche, fue lo único que pensé en ese instante.

-No lo intentaste-comenzó a decir Jack-te obligaste a sentir algo que, en realidad, no sientes. Tus poderos dependen de ti y de tus sentimientos. Si no te sientes capaz, tus poderes tampoco.

Me quedé mirándole sin comprender mucho de lo que había dicho. Jack entendió la confusión y mis ojos y se llevó una mano a la barbilla en busca de una pose de pensamiento. La luna hacía que su pelo se viera más blanco de lo usual y sus ojos brillaban en busca de una respuesta. Luego de unos segundos, sonrió y chasqueo los dedos. Se giró hacia mi y su sonrisa se hizo más grande. Me di cuenta de lo cerca que estábamos uno del otro.

-¡Ya sé!-me dije mientras se paraba y se sacudía la nieve de encima. Me miró sonriendo y yo lo miré sin comprender nada.-¡No vamos a divertir un poco!

¿Qué?

-¿Qué?-pregunté sin entender nada. Negué con la cabeza.-Jack, esto no es un juego.

-Necesitas relajarte un poco, Elsa-extendió su mano en mi dirección.-Vamos, no nos hacemos jóvenes esperando.

-No me digas-bufé-Jack, no necesita "relajarme".

-Sí, lo necesitas.

Rodé los ojos. Mi mirada bajó hacia los guantes, los había dejado a mi lado para que no se me perdieran. Me sorprendí de que nada hubiera salido mal sin ellos. Los tomé y me los puse para luego pararme y sacudirme toda la nieve. Me voltee hacia Jack, quien seguía con su mano extendida hacia mi. Al darse cuenta de que no iba a tomar su mano suspiró y la bajó.

Diario de una Reina |Jelsa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora