Capitulo 4 de mi patética existencia

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Multimedia: HELENA.

Ok, eso es raro, muy raro.
Demasiado raro
Puede que llegue a ser problemáticamente raro.

Itziar camina hacia mi conversando con un chico.

- Nos vemos JJ- se despide con la mano.

- Hola Helen

- Mmmm.....- achico los ojos.

- No me evalúes con la mirada.

- Mmmm.....

- Vale, para, ahora te cuento....

- Mmmm.....

- ¡PUEDES PARAR DE UNA MALDITA VEZ!

- Santa, santa vez.

- Es un amigo, le he visto aquí y me ha extrañado. Me ha contado que se ha cambiado de instituto y que ahora viene al nuestro.

Me saco mi peculiar libreta del bolsillo.

- ¿Como se llama?

- No, a él no le añadas a la lista de imbecilesobjetossexuales.

- Si lo haré.

- No, no lo harás

- Si

- No

- Yo tengo la libreta, yo tengo el poder.

Finalmente It se dio por vencida.

- JJ, solo JJ- dice suspirando pesadamente- Bueno ¿y qué? ¿Como vas con tu compañero de pupitre eh, eh?- me guiña un ojo.

- Ni lo preguntes, es un egocéntrico, malcriado, pretencioso, chiflado, imbeta, y todo.

Hora del pequeño diccionario:
- Imbeta: mezcla de alguien imbécil e idiota.

Le odio, le odio, le odio, le odio.

Y ahí esta él, sonriendo con superioridad rodeado por las chicas de clase que lucen sus mejores conjuntos. Y lo peor es que están ocupando MI pupitre.

- ¿Me haríais el enorme favor de quitaros del medio?

-Og, ya esta aquí el bicho raro- dice mirándome de arriba a abajo.

- Cállate Tifani- respondo con repugnancia.

- ¡Caramelo! ¡Menuda sorpresa! ¿Ya me echabas de menos?- dice Sky con esa sonrisa egocéntrica que hace que se le formen unos pequeños hoyuelos en las mejillas.

- Puaj.

- Admítelo, en el fondo me quieres

- Si, a kilometros de mi.

No soporto ver como las chicas babean por un.....ser como ese.

La clase se me hace larga.

- Oye Helen, ¿que vas a hacer con lo de las clases de pintura?- me preguntó It mientras andábamos por el pasillo.

- Supongo que haré caso a mi madre, no me vendra mal algo de dinero.

Cuelgo el cartel en el corcho con mi dirección y mi teléfono para los alumnos que estén interesados en las clases de pintura que doy en mi casa...

A partir de ese mismísimo instante la tarde fue empeorando por momentos, y acabe agotada de toda clase de cosas aburridas que solo te pasan en el colegio porque el colegio es aburrido.

Mi cuarto, tarde noche, justo antes de cenar, tumbada en mi cama ¿os situais?

Recibo una llamada desconocida. Con sorpresa cojo el telefono. Una voz masculina.

- ¿Diga?

- ¿Para las clases de pintura?

- Si, Helena MacArthur. ¿Puedo ayudarte?

- Me gustaría apuntarme los viernes por la tarde, ¿estas libre?

- Si, la verdad es que eres el primero en llamar- río.

- Bien, nos vemos mañana- se despide.

Finaliza la llamada, pero me acabo de dar cuenta de que no le he preguntado el nombre.

Vaya, se me ha olvidado. Bueno, mañana se lo preguntaré.

¿¡Me van a dejar escribir!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora